Investigación a la tinta de calamar

Un caso para el comisario Rebaduengo, piamontés que ejerce en la Liguria. 

La llamada telefónica de la Sra. Ferretti le plantea un caso distinto a los habituales, su marido profesor de filosofía del instituto de Albenga, ha desaparecido sin dejar rastro. 

Una segunda llamada unos días después de un jubilado que paseaba por los alrededores de esta última población, descubre el cadáver desnudo de una muchacha...

Cuando todo el mundo habla bien de un libro se te hace la boca agua tenerlo en la mano y sumergirte en sus páginas. A veces los deseos vienen en forma de préstamos...

Apenas me duró dos tardes, y la fama es bien merecida. Buen comienzo de saga, protagonistas empáticos, bien construidos, tramas rebuscadas y que aguantan el desarrollo de la historia y un peculiar sentido de humor, aunque no de risa, que hace relajar la tensión en algunos momentos.

La comida está presente no sólo en el título, sirve para conducir conversaciones, encuentros y crear los climas propicios para desarrollar lo que nos quiere contar la autora.

No es una escritura rebuscada aunque a veces te hace perder por los montes y pueblos visitados pero eso es falta de geografía más que mala redacción.

Quizás se le puede achacar un exceso de personalidad, un intento excesivo de explicar las maneras de ser de los distintos personajes dependiendo del lugar de procedencia por sacarle algún pero.

Deseo que la editorial siga con la traducción de más novelas de la saga para poder volver a disfrutar del comisario Rebaduengo.

2 comentarios :

  1. No pinta mal pero ahora mismo tengo tanto del género pendiente que por ahora lo dejo pasar.
    Besotes!!

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