La vida no es, como nos han enseñado, una página escrita que nos aguarda. Cada día, a cada momento, escogemos lo que somos, lo que sentimos y lo que creemos. Nuestras palabras y nuestros hechos no son otra cosa que elecciones. Yo escogí moverme en la delgada línea que separa el bien del mal, y cerré los ojos. Entregué a otros mi vida y permití que ellos decidieran que sería yo.
Espido Freire "Melocotones helados"
Siempre hay tiempo de reflexionar, comprender lo acertado y lo errado e intentar rectificar lo subsanable y asumir lo irremediable.
ResponderEliminarEscribir es una bella metáfora, es lo más.
Besos de nuevo.