Deseos (y) III
He continuado con las manitas, el mismo procedimiento, bien pequeñito y allí ya mis lágrimas casi no me dejaban ver ni lo que estaba haciendo. He tenido que salir a tomar el aire, dejándolo allí, solo, abandonado, tapado con un papel para que no tuviera frío, como si todavía pudiera sentir algo… lo que él nunca sentirá lo estoy yo sintiendo por él.
Han pasado dos días desde que perdiera al bebé y esta soledad que se me metió cuando me quitaron sus restos no me abandona, se ha apoderado de mis entrañas. Nadie ha venido a verme, mis padres llamaron diciendo que estaban fuera, mis compañeros apenas un mensaje para saber si todo está bien ¿cómo va a estar bien si era mi deseo más ferviente?¿puede querer tanto una cosa con tan poco tiempo?
He terminado y me he ido, sin terminar el turno, dejándolo todo por hacer… corriendo intentando refugiarme en algún lugar donde el dolor no me alcance pero es más veloz e inteligente que yo, llega a mi aunque intente darle esquinazo y aquí estoy, dando vueltas en este autobús que sé que no conseguirá calmar mi ánimo pero tenía que intentarlo, quizás sea ya hora de bajar…
¿qué puedo hacer ahora?¿a qué me agarro para cambiar mi vida?¿habrán más sonrisas…?¿lo volveré a desear?
-Perdone, ¿baja?
-Si, yo también bajo
Deseos II
Empezó como un calambre en el estómago y luego fue bajando hasta la entrepierna, luego el dolor se intensificó hasta hacer que me doblara sobre mi misma, cogiéndome la espalda intentando que cesara el dolor, evidentemente no lo conseguí sino que el latigazo continúo aumentando hasta hacerme gritar. La gente se ha dado cuenta que algo pasaba, no es muy normal que alguien en su sano juicio se ponga a gritar en medio de una sala con cuarenta ordenadores. Me han sentado en una silla, pero el dolor no me dejaba tranquila, por mis piernas algo viscoso empezó a marcar mi piel desde la entrepierna hasta la altura de las rodillas, alguien ha dicho que era mejor estirarme en el suelo con las piernas dobladas sobre mi estómago, sentí algo de alivio aunque el temor había aumentado porque aquel sentimiento de notar a mi otro yo había desaparecido. En unos minutos, que también podrían ser horas, llegó la ambulancia que me llevó a donde he estado estos tres días y de donde vengo. Y de nuevo ese dolor, distinto pero igual de intenso, más espiritual, por unas palabras que nunca debieron ser pronunciadas pero que eran necesarias y reales, sin tapujos, sin matizaciones, sin rodeos, directas a las más duras recriminaciones por mi parte al recordar algún momento de negación, de no querer continuar y desear que desapareciera… y la realidad es que había desaparecido, para siempre, nunca jamás vería su sonrisa, esa que ya empezaba a soñar por las noches cuando cerraba los ojos… (continuará...)
La carrera de la mujer
The women
Deseos I (Así empezó Quemando neuronas)
Nunca me hubiera imaginado que después de lo que ha ocurrido tendría que verme sola. Nadie ha venido a buscarme, nadie ha sido capaz de tenderme una mano para decirme, “no te preocupes estamos contigo”, pero ahora ya sé a que tengo que atenerme, solitaria, así será mi vida, triste y solitaria. Nadie debería pasar por esto, nunca jamás… es tan injusto. Tantos deseos tirados en ese frío metal… tantos sueños y pensamientos, tantos cambios para al final terminar en… en nada. Ya sé que al principio no me gustó nada la idea de estar embarazada, ¿a alguien le gustaría saberlo cuando tu novio, el padre de la criatura, se ha ido con otra y tu familia te da la espalda cuando más lo necesitas con la excusa de “ya te lo advertimos”…? pero el paso de los días me hizo creer que había sido casi lo mejor que me podía haber pasado, tenía hasta la sensación de notar como se movía dentro de mi a pesar que no debería medir ni veinte milímetros, mi cuerpo, tan sabio en las mujeres, estaba cambiando para acoger esa nueva vida, me notaba más esplendorosa que nunca, mis ojos brillaban a pesar de las primeras lágrimas derramadas por quien no se las merecía, nadie lo sabía pero la gente intuía que algo había cambiado en mi. Todo iba bien, yo me había hecho a la idea de ser dos a partir de ahora, de compartir mi vida indefinidamente de una forma distinta, lo tenía claro…, yo era feliz, casi por primera vez en mi vida; hasta que ese dolor que me rompió en dos… (continuará...)
Quemar después de leer
Biografía del hambre
Lo cogí con miedo, siempre me había parecido que la autora era algo... loca, por decirlo de alguna manera... ahora después de haber paseado mis ojospor sus palabras me doy cuenta que si no lo hubiera leído me hubiera perdido uno de los mejores libros que he leído en mucho tiempo. Hay locura en sus palabras, cuenta situaciones que a la mayoría nos hacen poner las manos sobre la cabeza y gritar ¡cómo puede ser eso! pero es real, es su proceso de creciemiento tanto vital como intelectual. El hambre no es sólo el aspecto físico, hay hambre de muchas cosas y cuanta más hambre se tenga mucho más vamos a crecer. El libro nos caba contando que no debemos limitar nuestra hambre ya que sólo así conseguiremos crecer en todos los aspectos.
Alphonse Mucha
Tsugumi
Por fin encontré una novela japonesa que me gustara del todo, que al terminar de leerla pensara que no le faltaba ni ritmo ni una buena trama. La historia no tiene mucha complicación, dos niñas que han vivido juntas desde casi siempre se separan porque una de ellas, Maria, tiene que ir a la universidad. Tsugumi, una niña enferma y caprichosa, se queda en el hostal que llevan sus padres con la promesa que Maria regresará al terminar el curso para pasar un último verano frente al mar. En ese verano sus lazos se estrechan, descubren la amistad para con otros y Tsugumi descubre el amor de un chico. Sus aventuras y la evolución de los dos personajes son la parte más importante de esta novela amena, que te hace sonreír a veces y otras maldecir otras de las situaciones que plantea.
Muy recomendable.
The Mexican food
La carta ya te hacía la boca agua porque además de una descripción de los manjares había una foto al lado y ya sabemos que muchas veces la comida se come con los ojos. Costaba decidirse, yo tenía claro que sería con poco picante y me alegré que casi todos los platos tuvieran su versión poco picante, algo picante y muy picante, así todo el mundo estaba contento. Pedimos nachos para picar, abundante queso, los nachos en su punto y una guindilla que picaba lo justo. Yo pedí enchilada y unos tacos de pollo con frijolitos (alubias negras más pequeñas de lo que estaba acostumbrada) de segundo acompañado de unas tortitas de maiz para poner la enchilada. De postre, aunque no sea muy mexicano, pedimos un pastel de chocolate que estaba impresionante (contundente pero impresionante).
Esta vez unimos una buena cena con un buen ambiente que hizo que durante varias horas no dejáramos de reír. Habrá que ir pensando en la próxima.
Aunque tú no lo sepas
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...
Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.
También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.
Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.
Texto: Aunque tú no lo sepas, Luís García Montero
Un hombre de pago
Mi encuentro con Paul (Auster)
Se hace el silencio, la gente gira la cabeza y allí está, en carne y hueso, Paul Auster, camina entre la organización. Flashes que se disparan dañándole seguro los ojos, profundos, fijos en el escenario, una leve sonrisa, tímida. Se sienta al lado del entrevistador. Un orador (que no se presenta) le da la bienvenida, él lo escucha a través de la traducción simultánea, atento, no queriéndose perder ni una sola palabra. Aplausos nerviosos para dar paso a la conversación-entrevista. Habla de sus personajes, de su manera de crear historias, asume que vende muchos más libros en Europa que en su país, reconoce que a pesar de tener algunos rasgos suyos ninguno de los libros que ha escrito en su vida es autobiográfico. Hablando de "Un hombre en la oscuridad" cuenta que la historia la creó después de las elecciones de 2000 cuando Bush "ganó" las elecciones, se imaginó como sería un país gobernado por otro, si el 11-S no hubiera existido y así descubrió los mundos paralelos.
Con esta respuesta termina la charla aunque Auster nos deleita con la lectura de un párrafo de su último libro a modo de despedida.
El niño con el pijama de rayas
Por amor a Judit
Che, el argentino
El 13 de julio de 1955 tuvo lugar un evento silencioso pero con grandes repercusiones en la historia de la Revolución Cubana. En un humilde apartamento de la ciudad de México, se conocieron Ernesto Guevara y Fidel Castro, presentados por Raúl Castro, el hermano pequeño de Fidel. Guevara se alistó inmediatamente en una misión de guerrilla destinada a derrocar al dictador cubano. Los cubanos apodaron al joven rebelde 'Che', una conocida expresión argentina. El 26 de noviembre de 1956, Fidel Castro navegó a Cuba con ochenta rebeldes, de los que sólo sobrevivieron doce. Uno de ellos era el Che, que se había unido al grupo como médico acompañante. Se lanzó de lleno al conflicto y recibió el apoyo de sus camaradas y del pueblo cubano. La película termina en los albores del Año Nuevo de 1959, con el Che celebrando la victoria revolucionaria en Santa Clara. Los rebeldes habían derrocado a Batista. "THE ARGENTINE" sigue la trayectoria ascendente del Che en la Revolución Cubana, desde sus comienzos como médico, más tarde comandante del ejército rebelde y finalmente héroe revolucionario.
No se me hizo lenta tal y como temí al leer varias críticas, tampoco se me hizo corta. Me gustó el parecido entre el personaje y el actor encargado de encarnar al revolucionario, Benicio del Toro. No conozco en profundidad la historia cubana y de su revolución pero creo saber lo suficiente como para ver que la película recrea de una manera bastante fiel lo que en realidad pasó en los montes cubanos durante el conflicto bélico. Los actores me gustaron mucho, incluso un Unax Ugalde con más cara de pillo de lo habitual.
Una buena recomendación para ir al cine.