La carta ya te hacía la boca agua porque además de una descripción de los manjares había una foto al lado y ya sabemos que muchas veces la comida se come con los ojos. Costaba decidirse, yo tenía claro que sería con poco picante y me alegré que casi todos los platos tuvieran su versión poco picante, algo picante y muy picante, así todo el mundo estaba contento. Pedimos nachos para picar, abundante queso, los nachos en su punto y una guindilla que picaba lo justo. Yo pedí enchilada y unos tacos de pollo con frijolitos (alubias negras más pequeñas de lo que estaba acostumbrada) de segundo acompañado de unas tortitas de maiz para poner la enchilada. De postre, aunque no sea muy mexicano, pedimos un pastel de chocolate que estaba impresionante (contundente pero impresionante).
Esta vez unimos una buena cena con un buen ambiente que hizo que durante varias horas no dejáramos de reír. Habrá que ir pensando en la próxima.
buff, justo mi hermano me ha llamado esta tarde parar ir a cenar a un mejicano y le he dicho que no, que tenia concierto... ¿estare a tiempo todavia? porque despues de ver estos manjares como que paso de Statuas D Sal..
ResponderEliminarsaludos.
Ummmmn qué rico todo!
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