Deseos II

He procedido como normalmente pero después de verlo ya no he podido más, he tenido que salir, no estaba preparada para lo que he visto, ahí tan pequeño, tan perfecto y a la vez tan frágil, con sus manitas, sus ojitos que parecían mirar a través de su protección. Un engranaje perfecto que ha fallado, un fallo tan grave que no ha dejado que viviera su vida, naciera, creciera, riera, viera el sol, la luna y las estrellas, que notara el viento en su cara, las gotas de lluvia sobre su pelo, se enamorara… Es mi tarea encontrar que es lo que ha fallado pero para eso tengo que destruir esa maravilla que es el cuerpo humano desde las primeras horas de vida, desde que esas primeras células producto de un acto de amor se unen para formar un nuevo yo. No quiero destruirlo, ni puedo, no esta vez… es demasiado real, demasiado perfecto pero aún así he tenido que hacerlo y es muy duro, demasiado, incluso para una mente fría como yo…

Empezó como un calambre en el estómago y luego fue bajando hasta la entrepierna, luego el dolor se intensificó hasta hacer que me doblara sobre mi misma, cogiéndome la espalda intentando que cesara el dolor, evidentemente no lo conseguí sino que el latigazo continúo aumentando hasta hacerme gritar. La gente se ha dado cuenta que algo pasaba, no es muy normal que alguien en su sano juicio se ponga a gritar en medio de una sala con cuarenta ordenadores. Me han sentado en una silla, pero el dolor no me dejaba tranquila, por mis piernas algo viscoso empezó a marcar mi piel desde la entrepierna hasta la altura de las rodillas, alguien ha dicho que era mejor estirarme en el suelo con las piernas dobladas sobre mi estómago, sentí algo de alivio aunque el temor había aumentado porque aquel sentimiento de notar a mi otro yo había desaparecido. En unos minutos, que también podrían ser horas, llegó la ambulancia que me llevó a donde he estado estos tres días y de donde vengo. Y de nuevo ese dolor, distinto pero igual de intenso, más espiritual, por unas palabras que nunca debieron ser pronunciadas pero que eran necesarias y reales, sin tapujos, sin matizaciones, sin rodeos, directas a las más duras recriminaciones por mi parte al recordar algún momento de negación, de no querer continuar y desear que desapareciera… y la realidad es que había desaparecido, para siempre, nunca jamás vería su sonrisa, esa que ya empezaba a soñar por las noches cuando cerraba los ojos… (continuará...)

Foto: Click_s
Texto: Dsdmona

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2 comentarios :

  1. niña... eso es real? no quisiera hacer broma si en realidad es lo que te ha pasado...

    en fin, animo. y lo siento.

    un saludo.

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  2. No sé si te lo dije en su momento, creo que sí, pero si no es así.... impresionante y estremecedor hasta la médula.
    Un beso,

    Belisker

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