Poder absoluto

Un prestigioso político aspira a la presidencia de su país. Todo está a su favor. Todo menos algún trapo sucio, todavía por lavar. Un joven y ambicioso miembro del partido le ayudará en esta misión. Pero en política nada es gratuito, nada suele ser lo que parece.
Un trepidante thriller político que se sumerge en el mundo de la corrupción, desenmascarando la realidad de la vida pública política.

Una de las cosas que podemos leer en el tríptico de la obra es que "lo bueno de esta obra es que no es una historia real, lo malo es que podría serlo"... y tienen razón al ver como discurre la obra, te sientas en el patio de butacas como un mero espectador y a medida que va discurriendo el texto tienes la sensación de estar observado por una cámara oculta un despacho cualquiera de uno de nuestros políticos mientras urden algunas de sus estrategias.

Desafortunadamente está al orden del día las manipulaciones, las estrategias para obtener poder, para conseguir (del modo que sea) los contratos, los beneficios que nunca debería acarrear el poder público.

Se nos presenta a un político con una extensa carrera a sus espaldas, a punto de ser proclamado gran jefe con un pequeño problema en su pasado que hay que limpiar. Un joven que ha ido ganando puestos en el partido es el escogido para llevar a cabo tan peculiar encargo pero en política todo puede ser sucio y nada ser lo que parece y a partir de un instante todo se gira, se tuerce hasta llegar a un desenlace que pocos habría predicho al comienzo de la reunión.

Inmenso Emilio Gutiérrez Caba, un auténtico placer verlo actuar en un papel de malo con algún toque de humanidad. Eduard Farelo nos vuelve a regalar una buena actuación en el papel de bueno que esconde muchas cosas, quizás no tan buenas...

Una obra magnífica para entender un poco más la erótica del poder y dejar de creer definitivamente en la honradez de la la mayoría de los políticos, sean del partido que sean...