Los chicos que cayeron en la trampa

A finales de los años noventa, la policía encuentra, en una casa de veraneo en el norte de Dinamarca, a dos hermanos adolescentes brutalmente asesinados. Han sido golpeados, torturados y violados sin compasión. La investigación policial apunta a que los culpables pueden hallarse entre un grupo de jóvenes de buena familia, hijos de padres exitosos, ricos, cultos. Sin embargo, el caso se cierra muy pronto por falta de pruebas concluyentes hasta que, pocos años más tarde, uno de los sospechosos se entrega sin razón aparente y confiesa el crimen. 

Supuestamente, el misterio se ha resuelto. Pero entonces ¿por qué los archivos del caso aparecen veinte años después en el despacho del inspector Carl Mørck, jefe del Departamento Q? Al principio Mørck piensa que el caso está ahí por error, pero pronto se da cuenta de que en la investigación original se cometieron muchas irregularidades…

Segundo libro del departamento Q protagonizado por Carl Mork.

Conocemos un poco más a los protagonistas mientras nos sumergimos en otro caso aparentemente resuelto pero que no quedó bien cerrado. Una vez superadas las primeras dificultades con el departamento y con más margen de maniobra aunque parece que no todo el mundo lo ve con buenos ojos, el nuevo caso va entrando en la mente de Morck hasta que ya no puede dejar de pensar en él.

Lo devoré en un día, unas cinco horas de lectura y cuando un libro engancha así la reseña sólo puede ser positiva. Buena atmósfera de misterio que se mantiene hasta el final y que provoca alguna que otra sorpresa.

Muy recomendable.