Biopic sobre el matemático británico Alan Turing, famoso por haber descifrado los códigos secretos nazis contenidos en la máquina Enigma, lo cual determinó el devenir de la II Guerra Mundial (1939-1945) en favor de los Aliados.
Lejos de ser admirado como un héroe, Turing fue acusado y juzgado por su condición de homosexual en 1952.
Tenía ganas de ver esta película por la historia que contaba. La vida de hombres y mujeres que han contribuido o contribuyeron a cambiar el mundo y hacerlo un poco más grande debería ser conocida por todos y éste es uno de esos casos en los que no mucha gente (entre la que me incluyo) desconocía lo que se escondía detrás del artífice de Enigma.
No tanto la máquina en si y para lo que servía sino todo lo que había rodeado su construcción y la vida de su creador.
Partimos como siempre en que los hechos son los que son y se pueden maquillar más o menos pero siempre han de tener parte de esa verdad para ser creíble y muchas cosas de esta película son difícilmente creíbles pero no porque no pudieran suceder sino porque el tiempo en el que se produjeron implica esa sorpresa. Otras facetas de nuestro protagonista, por desgracia, ya no sorprenden tanto.
He disfrutado con la película y con sus interpretaciones en especial de Benedict Cumberbatch, verlo en otros registros siempre es un placer.
La historia vale la pena en si misma por la importancia histórica de lo que cuenta y de paso volver a darle el mérito que el protagonista real mereció y que nunca recibió como la mayoría de los casos donde el secreto de estado está por encima de todo.
Un buen entretenimiento.