James Rhodes es uno de los más eminentes concertistas de piano de la actualidad y un gran renovador de la música clásica.
Ha protagonizado documentales para la BBC y Channel 4, escribe en The Guardian y ofrece recitales en todo el mundo. «Instrumental» son sus memorias, que vieron la luz en Reino Unido después de que el Tribunal Supremo levantara el veto que pesaba sobre la obra.
Todo un tributo apasionado al poder terapéutico de la música y que aborda cuestiones fascinantes sobre cómo funciona la música clásica y sobre cómo y por qué puede cambiar nuestras vidas.
Todo el mundo habla de él, todo el mundo sabe quién es y que le ha sucedido, quien más quien menos ha leído alguna crítica, reseña o noticia sobre este libro y su protagonista. Sus vídeos en youtube han visto aumentado su tráfico hasta el infinito y todo por un hombre que decidió poner por escrito todo lo que en su vida había sucedido a modo de terapia o de locura personal.
Este libro tiene mucho de locura, de caos, de lágrimas, risas y todos aquellos sentimientos que nos pueda producir todo lo que cuenta. No es una novela, no es una ficción, todo lo que cuenta, aunque parezca mentira es verdad, su verdad, la manera como él lo vivió, lo que le afectó, lo que le traumatizó pero también es todo aquello que le hizo ser más fuerte (aunque él todavía no se cree demasiado fuerte), lo que, en definitiva, lo salvó.
¿Hay alguien que haya pasado por una violación que siga siendo la misma persona que antes? Imagino que no así que cuando leo que esa situación se repitió durante años siendo él sólo un niño de cinco años entiendo todo lo que vino después.
Rhodes explica sin pelos en la lengua pero sin regodeos su situación, sus consecuencias y las decisiones que todo este le hizo tomar, buenas y malas, lo que le costó, el precio que pagó y como consiguió no sólo sentirse mejor con él mismo sino con el mundo hostil que le rodeaba y da las gracias a la música.
La música clásica hace años que está estática, los grandes clásicos hace mucho tiempo que desaparecieron y ahora sólo los podemos escuchar a través de otras manos y otras interpretaciones. Rhodes, en su locura, ha dado un viento fresco y renovador a la clásica.
Leer sobre la vida de alguien, sobretodo escrito por uno mismo, es duro de rebatir, es su verdad y nadie, como lector, deberíamos criticar, engrandecer, empequeñecer o desprestigiar dicho escrito. ¿Recomendar? por supuesto que lo recomiendo, no sólo para descubrir a una de las personas más fascinantes que he "conocido" en muchos años sino también para re-descubrir la música clásica y muchas de sus obras de una manera diferente.