La saga empieza con El gran cuaderno, donde los hermanos Claus y Lucas se encuentran a merced de su abuela, una mujer analfabeta y cruel. Lejos de rendirse ante esta amenaza, los gemelos aprenden las leyes de la vida, de la escritura y de la crueldad. Abandonados a su suerte, ellos se aplican, a diario, a anotar, en un gran cuaderno, sus progresos.
La autora construye una fábula incisiva sobre los horrores de la guerra y el totalitarismo, pero también una gran novela de iniciación a la vida.
En La prueba los gemelos se separan. Uno de ellos cruza la frontera y el otro se queda en un país alejado de la guerra pero dominado por un régimen autoritario. Sólo y privado de una parte de si mismo, Lucas, el que permanece, quiere consagrarse a hacer el bien. Cuando Claus vuelve junto a su hermano descubre que cualquier acto de generosidad viene condicionado por la maldad.
En La tercera mentira, pasados los horrores de la guerra y los años negros del régimen de plomo, la autora construye una historia que nos enfrenta a la imposibilidad de alcanzar una verdad duradera.
Uno de esos libros que dan miedo empezar, por lo que cuentan y por todo lo que he oído sobre ellos. Una vez pasado el primer atisbo de vértigo ya no hay vuelta atrás, estás atrapado en la vida de Claus y Lucas, no hay salida.
En este volumen están recogidas las tres historias. Para mi la mejor es la primera aunque no se puede entender completamente la historia sino se leen las otras dos.
En El gran cuaderno descubrimos a los gemelos, su llegada a casa de la abuela y de todo lo que sucede después. Su dura vida, sus ansias de sobrevivir y de poder alzarse sobre ese yugo que tienen en el cuello y que apenas les deja tomar aliento. Son una páginas duras de leer, de lágrimas en algunos tramos y en pensar que nadie debería soportar tanta dureza y falta de amor en tan tempranas edades.
Ya estás metido de lleno en su mundo, sólo te dejas llevar por las palabras, por la vida cotidiana esperando el siguiente mazazo porque sabes que vendrá, no sabes cuando pero sabes que lo hará. Aguantas la respiración y reces o clamas o gritas para que también, esta vez, consigan sobrevivir y volver a levantar la cabeza.
Entonces viene La prueba, la separación, el vivir el uno sin el otro, el sobrevivir si ese puntal que ayudaba a superar las penas y el dolor, tanto autoinfligido como el externo, poco sabemos del que se va, sólo sabemos del que se queda, como vence el dolor, al evolución de su vida, de su ambiente...
Y en La tercera mentira descubrimos la otra parte o la misma parte vista desde el otro lado del espejo ¿por qué siempre hubo dos?¿Fue uno con dos personalidades?¿realmente consiguió huir?
Además de la propia dureza de la vida de los gemelos se nos cuenta la dura vida al final de una guerra en un país, pueblo, o ciudad ocupado, el ir y venir de soldados, de cambios de régimen, de adaptarse a estar bajo las bombas, a ser conquistados y reconquistados, a ser libres y a temer los silencios por lo que después solía suceder. Las pérdidas, las desapariciones, los oportunistas y gente de mal vivir que no dejan ir ninguna oportunidad.
En resumen un libro que acongoja coger, que lastima leer pero escrito de una manera que a pesar de todo no puedes soltar hasta la última página para poder respirar profundamente y pensar en todo lo que nos ha contado como si fuese un cuento de terror.
Atreveros, no os arrepentiréis.
La autora construye una fábula incisiva sobre los horrores de la guerra y el totalitarismo, pero también una gran novela de iniciación a la vida.
En La prueba los gemelos se separan. Uno de ellos cruza la frontera y el otro se queda en un país alejado de la guerra pero dominado por un régimen autoritario. Sólo y privado de una parte de si mismo, Lucas, el que permanece, quiere consagrarse a hacer el bien. Cuando Claus vuelve junto a su hermano descubre que cualquier acto de generosidad viene condicionado por la maldad.
En La tercera mentira, pasados los horrores de la guerra y los años negros del régimen de plomo, la autora construye una historia que nos enfrenta a la imposibilidad de alcanzar una verdad duradera.
Uno de esos libros que dan miedo empezar, por lo que cuentan y por todo lo que he oído sobre ellos. Una vez pasado el primer atisbo de vértigo ya no hay vuelta atrás, estás atrapado en la vida de Claus y Lucas, no hay salida.
En este volumen están recogidas las tres historias. Para mi la mejor es la primera aunque no se puede entender completamente la historia sino se leen las otras dos.
En El gran cuaderno descubrimos a los gemelos, su llegada a casa de la abuela y de todo lo que sucede después. Su dura vida, sus ansias de sobrevivir y de poder alzarse sobre ese yugo que tienen en el cuello y que apenas les deja tomar aliento. Son una páginas duras de leer, de lágrimas en algunos tramos y en pensar que nadie debería soportar tanta dureza y falta de amor en tan tempranas edades.
Ya estás metido de lleno en su mundo, sólo te dejas llevar por las palabras, por la vida cotidiana esperando el siguiente mazazo porque sabes que vendrá, no sabes cuando pero sabes que lo hará. Aguantas la respiración y reces o clamas o gritas para que también, esta vez, consigan sobrevivir y volver a levantar la cabeza.
Entonces viene La prueba, la separación, el vivir el uno sin el otro, el sobrevivir si ese puntal que ayudaba a superar las penas y el dolor, tanto autoinfligido como el externo, poco sabemos del que se va, sólo sabemos del que se queda, como vence el dolor, al evolución de su vida, de su ambiente...
Y en La tercera mentira descubrimos la otra parte o la misma parte vista desde el otro lado del espejo ¿por qué siempre hubo dos?¿Fue uno con dos personalidades?¿realmente consiguió huir?
Además de la propia dureza de la vida de los gemelos se nos cuenta la dura vida al final de una guerra en un país, pueblo, o ciudad ocupado, el ir y venir de soldados, de cambios de régimen, de adaptarse a estar bajo las bombas, a ser conquistados y reconquistados, a ser libres y a temer los silencios por lo que después solía suceder. Las pérdidas, las desapariciones, los oportunistas y gente de mal vivir que no dejan ir ninguna oportunidad.
En resumen un libro que acongoja coger, que lastima leer pero escrito de una manera que a pesar de todo no puedes soltar hasta la última página para poder respirar profundamente y pensar en todo lo que nos ha contado como si fuese un cuento de terror.
Atreveros, no os arrepentiréis.
Pinta muy bien, pero que sea una saga ahora mismo me echa para atrás. Tengo que reducir mis pendientes antes.
ResponderEliminarUn beso ;)
Uno de mis eternos pendientes. Espero comulgar con Agota Kristoff mejor que con Sándor Marai. Saludos
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