../.. Más que nada, se recordó a Robinson Crusoe, y se maravilló de lo rápidamente que se habían producido aquellos cambios. Había sido únicamente cuestión de meses, y en ese tiempo se había convertido en otra persona. Trató de acordarse de cómo era antes, pero le resultó difícil. Miró a aquel nuevo Quinn y se encogió de hombros. En realidad, no importaba. Antes era una cosa y ahora era otra. Ni mejor ni peor. Era diferente, nada más. ../..
Fragmento: 'La trilogía de Nueva York', Paul Auster
Ah, como me gusta Auster...
ResponderEliminarbesos, linda.
solo el tiempo es suficiente para cualquier cambio, la voluntad para aumentarlo y la suerte para no errar en la dirección...
ResponderEliminarbesines y buen cambio de año:)