Varekai

En lo profundo del bosque, en la cima de un volcán, hay un mundo extraordinario, un mundo en el que todo es posible. Un mundo llamado Varekai.

Un joven solitario cae del cielo y comienza la historia de Varekai. Tras lanzarse en paracaídas, cae en la oscuridad de un bosque mágico, un universo caleidoscópico habitado por criaturas fantásticas, donde comienza una extraordinaria e ilógica aventura. Este día, en este lugar de posibilidades, comienza el encanto de una nueva vida.

La palabra Varekai significa "en cualquier lugar" en lengua romaní, la lengua de los gitanos, los eternos nómadas. Esta producción rinde homenaje al espíritu nómada, al alma y al arte de la tradición del circo así como a la infinita pasión de los que buscan el camino que lleva a Varekai.

Desde que una Navidad la televisión autonómica emitió Alegría, he intentado ver en directo alguno de sus espectáculos, nunca he tenido suerte por varias razones, pero este año todo se confabuló para que si pudiera ir. La cita en casa, cerca del mar, en una carpa que engaña desde fuera (unas indicaciones malísimas para llegar, todo hay que decirlo) y una compañía excepcional para poder disfrutar. Antes de apagarse las luces ya había empezado el espectáculo, acomodadores repartiendo palomitas, tirándolas sobre los niños y los no tan niños, música de fondo y sólo apagar las luces... 

Cirque du Soleil es algo más que circo, mucho más que espectáculo, mucho más que negocio. Es una fantasía, es color, es música, es entusiasmo, es imaginación, es expresión, es pasión, es fuerza, es delicadeza, es sonrisas, es expectación, es viajar sin moverse de la silla, es aplaudir hasta dejarte las manos en ello, es suspirar ante acrobacias imposibles, es sufrir porque enganche la cuerda, es ilusión y en mi caso, un sueño cumplido...

Fotos: www.google.es ; Cirque du Soleil