A mediados de los 60, los Estados Unidos, tras varios años de tanteos en la zona y el conflicto, entraron de forma plena en la Guerra de Vietnam, y muchos jóvenes americanos fueron alistados para participar en una de las guerras más sangrientas, improductivas y contestadas que se recuerdan.
Este es, en esencia, el caldo de cultivo de HAIR, subtitulado inicialmente "The American Tribal Love/Rock Musical" y original de Gerome Ragni y James Rado, con música de Galt MacDermot. Estrenado fuera de los circuitos comerciales en el año 1967, no tardó ni un año en saltar a las carteleras de Broadway, convirtiéndose en un auténtico fenómeno de masas, en una ópera-beat venerada tanto por su música (con temas míticos como "Aquarius" o "Let the Sunshine in"), como por su filosofía. No fue un éxito casual. Sus autores no eran meros cronistas de la realidad, sino que formaban parte de ella, bebían de las fuentes de la música psicodélica, formaban parte del movimiento hippie, de la revolución sexual, de todos los valores que propugnaba la nueva juventud; sabían de lo que hablaban, porque hablaban de ellos mismos. Por ello HAIR es, sin duda alguna, un sincero manifiesto de la defensa de la libertad individual, entre cuyos valores destacan el pacifismo, la ecología, la igualdad racial y religiosa, la defensa del amor y la concordia, así como la búsqueda de nuevos ideales.
El nuevo montaje de HAIR Love & Rock Musical, cuyo estreno está previsto para el día 22 de diciembre de 2010 en el Teatre Apolo de Barcelona, está dirigido por Daniel Anglès. Su entramado dramático –fiel en esencia al original y a sus principales producciones- se centra en la relación de Claude (un joven con tantas ganas de vivir como miedo a la capacidad represora del sistema), con Sheila (una activista universitaria de clase alta) y Berger (un joven absoluta y alocadamente libre), así como con el resto de la Tribu de hippies con los que conviven, cada uno con su particular problemática y su personal visión ante la dura realidad que les rodea.
No soy una apasionada de los musicales pero alguna vez si que he disfrutado de ellos, cuando me propusieron ir no me lo pensé, quizás en otras circunstancias no hubiera aceptado. Y no me disgustó aunque tampoco hizo que me enamorara de este género teatral sino que confirmó mi idea inicial, de vez en cuando y para variar no está mal. La calidad de los actores así como sus voces, sin lugar a dudas lo mejor del montaje junto con el ambiente creado en el teatro (no sé si sólo es día en particular o todos los días en general son así), hicieron que fuera una gran velada.
Se despedían de Barcelona después de unos meses y ahora estarán de gira por España, si quieres conocer su itinerario lo puedes hacer aquí