Una fría mañana de noviembre, tras un penoso viaje en barco, un anciano desembarca en un país que podría ser Francia, donde no conoce a nadie y cuya lengua ignora. El señor Linh huye de una guerra que ha acabado con su familia y destrozado su aldea. La guerra le ha robado todo menos a su nieta, un bebé llamado Sang Diu, que en su idioma significa «Mañana dulce», una niña tranquila que duerme siempre que el abuelo tararee su nana, la melodía que han cantado durante generaciones las mujeres de la familia. Instalado en un piso de acogida, el señor Linh sólo se preocupa por su nieta, su única razón de existir hasta que conoce al señor Bark, un hombre robusto y afable cuya mujer ha fallecido recientemente. Un afecto espontáneo surge entre estos dos solitarios que hablan distintas lenguas, pero que son capaces de comprenderse en silencio y a través de pequeños gestos.
Una novela no muy extensa, ideal para un rato de paz y tranquilidad.
Curiosa la forma en la que el autor nos introduce en la dificultad de la comunicación, del desconcierto ante lo desconocido.
Un abuelo y su nieta, único supervivientes de la familia emprenden un viaje a lo desconocido huyendo de todo aquello que les ha llenado la vida hasta entonces, llegan a un país extranjero, donde no entienden la lengua, donde hace frío y nadie les facilita las cosas... donde lo único que les importa es mantenerse unidos y no dejarse avasallar por las circunstancias. Una ayuda inesperada en forma de amigo ilumina la nueva vida del señor Lihn, y aunque la lengua los separa el lenguaje universal del cariño y la comprensión hacen que los lazos se estrechen hasta convertirse en amistad y apoyo.
Una delicia de novela muy recomendable y que devoras en un rato.
A mí me encantó. Muy buena recomendación.
ResponderEliminarLo había visto ya en otro blog y lo tengo apuntado, es totalmente del tipo de libros que me suelen gustar así que creo que iré sobre seguro a por él. Muchas gracias por acercarte a mi blog, así he tenido la oportunidad de conocer el tuyo y seguirte. Un abrazo
ResponderEliminarUno de los libros que más me han gustado en toda mi vida. Creo que estuve llorando toda la lectura, y varios días tras haberlo leído. Philippe Claudel es un autor a tener muy en cuenta.
ResponderEliminarTe recomiendo también la película que dirigió él: Nunca olvides que te quiero, me parece que se titulaba.
Ahora mismo me encuentro en una situación "similar", en un país en el que hablan un idioma que yo no hablo ni entiendo.
ResponderEliminarGracias por la reseña
Saludos!
Hace ya un tiempo que lo leí, y sí comparto contigo la misma impresión, es una delicia de libro. Biquiños. Tempo
ResponderEliminarMe encantó en su día.
ResponderEliminarLo empecé y no pude dejarlo hasta el final, donde se me escapó la lagrimilla incluso =)
Precioso, relectura segura!
Besotes, me quedo por aquí!
Lo tuve en mis manos, dudé y me decanté por otro. Pero sé dónde encontrarlo y es probable que en otoño le eche un tiento ;)
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