El principi d'Arquímedes



Ha llegado el día que los "Caballitos de mar", el grupo infantil de natación, empiezan a nadar sin burbujita. Este momento crucial para los más pequeños de la piscina es el desencadenante para que salgan a la superfície sospechas, dudas y temores. Anna, la directora del club de natación, pide explicaciones a Jordi, el entrenador de los Caballitos, después que algunos padres se hayan quejado de como el chico ha gestionado la negativa a lanzarse al agua de uno de los niños, que no quiere hacerlo porque está asustado. Jordi asegura que ha actuado con tacto y que no lo ha reñido ni asustado. El problema, pero, es otro: los padres ven con inquietud y preocupación que, para tranquilizarlo, lo haya abrazado y le haya dado un beso. 
El Principi d’Arquimedes es una obra que abre interrogantes sobre los miedos contemporáneos, las relaciones humanas, los prejuicios y la confianza.

Un simple beso es el desencadenante de esta obra y sus reflexiones, las dudas, el miedo, los remordimientos, unas conversaciones inicialmente inocentes, las actitudes, el pavor a reeditar casos pasados es lo que nos encontramos entre las cuatro paredes del vestuario para empleados de la piscina.

Un niño muerto de miedo que es besado y abrazado por su monitor para ¿tranquilizarlo? o ¿abusar?. Una niña de cinco años le cuenta a su madre lo que ha visto y partir de ahí todo cambia. de nada sirven los años anteriores de amistad, de compañerismo, de profesionalidad, ahora ya todo toma otro sentido, las dudas y el verdadero desconocimiento del carácter del monitor hace que nadie dé nada por sentado aún cuando el protagonista lo niega.

¿Es lícito hacer sólo caso a una niña para tomar medidas crucificando de por vida a una persona por algo que puede ser que no fuese más que un gesto inocente? 

Hay un momento de la obra en que la directora le cuenta al otro monitor que cuando era más joven habían salido de excursión un grupo de niños y sus monitores, que se bañaron todos desnudos en el río, que hicieron cadenas de ropa estando desnudos y que algunos de los niños durmieron entre sus monitores porque lloraban echando de menos a sus padres, ella misma dice que ahora mismo, en el presente, todo esto sería impensable.

Una obra bien hecha, muy bien interpretada con una mezcla de veteranía (Roser Batalla y Santi Ricart) y juventud (Rubén de Eguia y Albert Ausellé).

Forma parte del Festival Grec de Barcelona 2012 y estará en la Sala Beckett hasta el 29 de Julio.

2 comentarios :

  1. Un gran montaje, sólo una apreciación, es Santi Ricart, amb "t" final... ;)

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  2. Suena bastante bien. Penita estar tan lejos!
    Besotes!!!

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