Cosmética del enemigo

Amélie Nothomb es hoy una de las autoras belgas más populares e internacionales. Polémica y provocadora afirma: "El escritor, es el fascista que llevo dentro. De da una patada en el culo cada mañana".

De las novelas de Amélie Nothomb se han hecho diversas adaptaciones teatrales. Con un vocabulario muy preciso, temas originales y una crueldad e ironía constantes sus obras son, en muchos casos, un único diálogo entre personajes de características y comportamientos  extremos. La palabra como centro, el enfrentamiento entre personajes como motor de la acción.

Jêrome August (Xavier Ripoll) es abordado por un desconocido llamado Textor Texel (Lluís Soler) en una sala de aeropuerto mientras espera un vuelo con destino Barcelona. Textor se convierte en un desagradable inconveniente, tiene un especial interés en explicar a Jêrome su vida. La víctima se resiste pero el combate se ha iniciado. 

El horror y el divertimento, lo transcendental y lo grotesco juegan, en Cosmética del enemigo, una partida a muerte. Magda Puyo

Un escenario rectangular nos recibe al entrar, sobre él sólo un par de asientos de metal que recuerdan los que hay en las salas de espera de los aeropuertos. Mientras los espectadores nos colocamos en las butacas sobre el escenario toma posesión de uno de los asientos Jêrome August, ataviado con un traje ejecutivo y un maletín con ruedas, dispuesto a pasar el tiempo de espera para su vuelo se entretiene con un libro y es así como conoce a Textor.

A partir de ese momento nada ya será igual, Textor se empeñará en contarle su vida a Jêrome y éste intentará que no se la cuente pero la fuerza de las palabras es más fuerte cuando se tocan algunos aspectos que pueden resultar familiares y lo que empezó siendo un monólogo molesto acaba siendo una conversación muy incómoda.

El porqué de la perseverancia de Textor en contar su vida y la resignación de Jêrome al tener que escucharla sólo se puede entender al final de la obra y para eso hay que estar en la sala donde todo sucede, como si fuéramos parte de esos viajeros cansados de esperar a nuestro avión.

Lluís Soler es un gran actor, todos sus proyectos con total seguridad serán un éxito y no me sorprende que haya disfrutado con su actuación, en cambio de Xavier Ripoll poco había visto y descubrí un actor con carácter capaz de cambiar de registro y de espíritu a medida que el texto lo necesita.

Un teatro pequeño, dos actores para un gran texto y una gran obra.

Más información aquí