El vicario Robert
Ozire llega a su nueva parroquia de Nibbleswicke. El párroco estaba un poco
nervioso, ya que no conocía a nadie en la comunidad, iba a estar totalmente
solo y no sabía si haría bien el trabajo. Por estos motivos, su antigua
dislexia resurge, y empieza a pronunciar algunas palabras de la oración al
revés.
Al llegar al pueblo todos piensan que el nuevo reverendo está loco, pero
es que ellos no saben de su padecimiento. Cuando el vicario se da cuenta que
algo anda mal va al doctor. Éste le explica sobre su situación y le dice que la
única forma de ayudarlo es que él camine al revés y así las palabras saldrán al
derecho; para ayudarse, se amarra un espejo en la cabeza.
Desde entonces todo
cambia y la gente de Nibbleswicke entiende qué ocurre y se toma el problema con
sentido del humor: ahora hasta las misas les resultan divertidas.
Casi es más largo el resumen que el libro en si. Tampoco hay mucho más que lo que aquí se escribe, es el que menos me ha gustado de los libros de Dahl que he leído hasta el momento, sencillo de concepto y de exposición, no aporta mucho y no tiene tanta gracia como algunos otros.
Con esta reseña doy por concluido el reto Dahl que nos propuso Trotalibros en su blog
Vaya, como que con este libro no has disfrutado como otros. Espero que al menos hayas disfrutado del reto en su conjunto. Te enlazo en el recuento final, el 1 de febrero!
ResponderEliminarBesos!
Yo lo pillé ayer de la biblioteca y casi antes de llegar a casa me lo leí.. Es muy cortito. Lo reseñaré también para el reto de Trotalibros. Besos
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