Wahhch Debch descubre el cuerpo de su mujer, brutalmente violada y asesinada, en el salón de su casa. Empujado por el dolor, se lanza a la caza del asesino: necesita ver su rostro, pero no por venganza, sino por supervivencia.
Durante su odisea a través de América, solo y sin esperanza, brutales recuerdos escondidos en los pliegues de su infancia despiertan poco a poco.
Para evocar la parte monstruosa del ser humano, Wajdi Mouawad hace callar al hombre y da voz a los animales: son ellos quienes nos narran la escalofriante búsqueda de la verdadera bestia.
Ánima nos lleva por un camino desconocido a un territorio entre el thriller, el western y la tragedia griega, un lugar inhóspito y de una violencia feroz que sin embargo no queremos abandonar y que somos incapaces de olvidar cuando hemos acabado el libro: ese espacio nuevo, amenazante y a la vez redentor de la gran literatura.
Descubrí a Wadji Mouawad en esta obra de teatro y desconocía que también escribiera novelas, así que tenía curiosidad y en cuanto pude la reservé en la biblioteca y después de una larga espera por fin la tuve en mis manos.
De entrada diré que mi relación con los animales es nula, no me gustan la mayoría y me dan pavor (algunos), así que una novela donde los narradores son bichos, así de entrada, no me gusta pero creo que en esta novela es muy importante.
Se necesita un espectador externo que nos vaya contando lo que sucede, lo hace imparcial y alejado de la moral humana que juzga y llena de sentimentalismo cualquier historia. El relato de la vida de Wahhch a partir que descubre el cuerpo de su mujer debe ser duro y descarnado pero también objetivo y extrapolable (no sé si está es la palabra más adecuada)
Un hombre lleno de dolor, de desesperanza, de desconcierto, ávido de respuestas a preguntas que atormentan su mente y que le bloquean... busca las respuestas a quien pueda dárselas y no dudará en recorrer kilómetros y kilómetros buscando a la persona que le arrebató aquello que quería.
A su vez y a medida que la historia de la búsqueda avanza vamos descubriendo el pasado que posee Wahhch, llevándonos directamente a uno de los actos más infames cometidos por la humanidad en este siglo pasado, la matanza en un poblado de refugiados tiene una importancia vital en el personaje y en la historia y sólo lo vamos asimilando a medida que nuestro personaje descubre y ahonda en sus sentimientos.
Podríamos decir que el asesinato de su mujer es el detonante para que Wahhch pueda por fin recomponer su pasado, dejar el lastre y seguir adelante con su vida, con un gran coste, pero seguir al fin y al cabo.
Llega un punto de la narración que te olvidas del animal que está hablando, del que observa o del que surgen los pensamientos y te dejas llevar por las palabras, los hechos y cierras los ojos para olvidar lo que acabas de leer sin pensar que cuando los abras seguirá allí, donde lo dejaste (me gustaría pensar en que es una crítica a los medios de comunicación que un día pregonan a los cuatro vientos una noticia y al día siguiente ha desparecido, no de la realidad, sino de las principales noticias).
Una novela dura, con muchos temas tratados, con un gran poso, que llena y vacía a rachas, que imprime carácter, de golpear la mesa y rebelarte, no apta para todos los estómagos pero necesaria para comprender un poco más el comportamiento humano y darnos cuenta que en una misma persona puede vivir el bien supremo y el mal más devastador y que depende de las circunstancias asomará uno u otro.
Durante su odisea a través de América, solo y sin esperanza, brutales recuerdos escondidos en los pliegues de su infancia despiertan poco a poco.
Para evocar la parte monstruosa del ser humano, Wajdi Mouawad hace callar al hombre y da voz a los animales: son ellos quienes nos narran la escalofriante búsqueda de la verdadera bestia.
Ánima nos lleva por un camino desconocido a un territorio entre el thriller, el western y la tragedia griega, un lugar inhóspito y de una violencia feroz que sin embargo no queremos abandonar y que somos incapaces de olvidar cuando hemos acabado el libro: ese espacio nuevo, amenazante y a la vez redentor de la gran literatura.
Descubrí a Wadji Mouawad en esta obra de teatro y desconocía que también escribiera novelas, así que tenía curiosidad y en cuanto pude la reservé en la biblioteca y después de una larga espera por fin la tuve en mis manos.
De entrada diré que mi relación con los animales es nula, no me gustan la mayoría y me dan pavor (algunos), así que una novela donde los narradores son bichos, así de entrada, no me gusta pero creo que en esta novela es muy importante.
Se necesita un espectador externo que nos vaya contando lo que sucede, lo hace imparcial y alejado de la moral humana que juzga y llena de sentimentalismo cualquier historia. El relato de la vida de Wahhch a partir que descubre el cuerpo de su mujer debe ser duro y descarnado pero también objetivo y extrapolable (no sé si está es la palabra más adecuada)
Un hombre lleno de dolor, de desesperanza, de desconcierto, ávido de respuestas a preguntas que atormentan su mente y que le bloquean... busca las respuestas a quien pueda dárselas y no dudará en recorrer kilómetros y kilómetros buscando a la persona que le arrebató aquello que quería.
A su vez y a medida que la historia de la búsqueda avanza vamos descubriendo el pasado que posee Wahhch, llevándonos directamente a uno de los actos más infames cometidos por la humanidad en este siglo pasado, la matanza en un poblado de refugiados tiene una importancia vital en el personaje y en la historia y sólo lo vamos asimilando a medida que nuestro personaje descubre y ahonda en sus sentimientos.
Podríamos decir que el asesinato de su mujer es el detonante para que Wahhch pueda por fin recomponer su pasado, dejar el lastre y seguir adelante con su vida, con un gran coste, pero seguir al fin y al cabo.
Llega un punto de la narración que te olvidas del animal que está hablando, del que observa o del que surgen los pensamientos y te dejas llevar por las palabras, los hechos y cierras los ojos para olvidar lo que acabas de leer sin pensar que cuando los abras seguirá allí, donde lo dejaste (me gustaría pensar en que es una crítica a los medios de comunicación que un día pregonan a los cuatro vientos una noticia y al día siguiente ha desparecido, no de la realidad, sino de las principales noticias).
Una novela dura, con muchos temas tratados, con un gran poso, que llena y vacía a rachas, que imprime carácter, de golpear la mesa y rebelarte, no apta para todos los estómagos pero necesaria para comprender un poco más el comportamiento humano y darnos cuenta que en una misma persona puede vivir el bien supremo y el mal más devastador y que depende de las circunstancias asomará uno u otro.
No era un libro que me llamase mucho, pero me has hecho cambiar de opinión.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues lo tengo pendiente de lectura y con muchas ganas de catarlo!
ResponderEliminarBesotes
Solo he leído reseñas positivas de la obra. Miedo me da ir con expectativas muy altas. A mí si que me gustan los animales, pero se me hace raro que la historia esté contada por ellos. Habrá que probar.
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