El insólito protagonista es un viejo escritorio que pudo haber pertenecido a Federico García Lorca y que se vuelve un objeto de fascinación o repulsión para aquellos que conviven con él.
El imponente mueble, uno de cuyos diecinueve cajones está permanentemente cerrado, se torna así el hilo conductor entre los distintos ámbitos donde se desarrolla la novela. En Nueva York, una escritora ha estado utilizándolo desde que en 1972 se lo prestara un poeta chileno, Daniel Varsky, víctima de la policía secreta de Pinochet.
Un día, una mujer que dice ser la hija de Varsky reclama el mueble, y la vida de la escritora ya no será la misma. Al otro lado del océano, en Londres, un hombre descubre el secreto que durante cincuenta años le ha escondido su mujer.
Y por último, una joven norteamericana que estudia en Oxford traba amistad con una excéntrica pareja de hermanos cuyo padre es un anticuario israelí especializado en recuperar muebles expoliados por los nazis.
Me siento fascinada por aquellos muebles que sirven para el propósito de escribir, secretos llenos de cajones de artilugios secretos que pueden contener ves a saber que información, sus engranajes, su decoración y su estilismo. Así que cuando un libro tiene como personaje principal a un mueble de este estilo no tengo más remedio que tirarme de cabeza a hacia él, más habiendo leyendo la anterior novela de la autora .
La historia del mueble es una excusa para hablarnos de varios personajes "secundarios", sus vidas, sus sufrimientos y de lo que este mueble fue testigo.
No es una narración lineal y, quizás por eso, la historia pierde algo de consistencia, se desdibuja a la veces y pierde ese punto de tensión que había conseguido página antes.
Daniel deja en custodia un escritorio, nunca vuelve a aparecer y en cambio un mujer que dice ser su hija vuelve para reclamarlo, lo que sucedió entre medio de estos años es el nudo de la historia, el conocer que impidió a Daniel volver, que hizo que l depositaria del escritorio no se deshicieron de él, que pintan en medio de todo esto unos tratantes de muebles.
Y todo ello bajo el influjo de la poderosa narrativa de Nicole Krauss que ya me impactó en "La historia del amor" y de la que menor medida he sentido como gran fuerza en la narración.
Quizás si queréis estrenamos con la autora no recomendaría este libro pero sí si ya has entrado en su mundo y sólo quieres seguir su evolución.
Me parece interesante que el mueble sea el punto de unión de las dos historias pero aún así no termina de llamarme mucho.
ResponderEliminarBesos!
Anda, pues yo creo que nunca he leído un libro cuyo protagonista sea un mueble jajaja, qué original. Me ha picado la curiosidad por estas historias aparentemente inconexas y por lo que guarda el cajón ese que no se abre :)
ResponderEliminarBesotes!