Melocotones helados

 

Elsa, una joven pintora, se ha visto obligada a abandonar su casa ante unas amenazas de muerte de las que desconoce la razón, y marcha a otra ciudad a vivir con su abuelo. En esa suerte de exilio que nadie desea tomar en serio. Elsa se adentra en las intrincadas relaciones humanas, que había descuidado para dedicarse a lpintura, y se mueve entre la propia historia de la familia y, sobre todo, la de una prima con la que comparte nombre y apellidos. De ese modo se enfrenta a su fragilidad, a los errores, a la mezcla de identidades, a vivir una vida equivocada sin saberlo. ¿es posible que incluso al morir se produzcan confusiones?

El libro empieza con una frase un poco lapidaria: "Existen muchos modos de matar a una persona y escapar sin culpa"... y a partir de ahí va presentando los personajes, tanto de ahora como de antes, que fomran la historia, la presente y la pasada que se van entretejiendo a base de recuerdos y sensaciones en los diferentes protavoces que hablan y hablan, a veces casi sin sentido, pero que hacen que al llegar al final todo tenga sentido y todas las preguntas tengan sus respuestas. Una vida llena de sacrificios, de olvidos, de ganas de no recordar (voluntariamente), de riñas familiares, de envidias, de amores que no lo son tantos, de unos nombres confundidos que dan lugar a una huída no buscada pero si necesaria.

Tenía miedo a leerlo, una escritora joven, ganadora del Premio Planeta en el 1.999 con una de sus primeras novelas, no da muchas garantías pero ha superado todas mis espectativas, me ha enganchado, emocionado e intrigado hasta el final. Una buena recomendación para vuestra librería