Ukiyo-e


Un trabajo artesanal, laborioso que consiste en tallar la madera con el trazo del dibujo, dejando un relieve que sirve para imprimir sobre el papel. Se entinta con una brocha, al principio colores básicos luego muchas más variedad, se coloca el papel encima y se presiona con un tampón circular. Por cada color un relieve y una impresión. Dependiendo del formato recibian un nombre u otro y abarcaban muhcas escenas de la vida tradicional japonesa así como carteles para los más espectáculos de teatro.


En el kabuki (teatro hablado, bailado y cantado) la técnica encontró su proyección ya que permitía llevarse a casa la imagen del actor preferido en su papel favorito, constituyendo unos primitivos posters. Los actores siempre varones representaban los diferentes papeles de la obra y por eso se ponía especial atención a las expresiones en los grabados. De estos primeros resultados se diversifica el estampado, paisajes, poesías decoradas, calendarios, tarjetones de felicitación o invitación (surimono) que llegó a despertar el afán coleccionista de los nipones.


Una de las partes más importantes de este arte se desarrolló con la estampa erótica, también llamada imagen de primavera, con humor entretenían por su fogosidad aunque al mismo tiempo impartían una refinada educación del placer. Los artisitas estudiaron el desnudo en diferentes posturas, con torsiones corporales y figuras enlazadas.


Impresiona lo desconocido, encontrarte con un primer plano de un actor de hace cuatro siglos y sentir que es prácticamente real, que te mira, que lo ves reír o sufrir, dependiendo de si su papel era dramático o cómico, saber que aquella maravilla estaba creada sobre una madera, con un punzón y unas manos especiales. Saber que una cosa tan complicada llegó a ser casi industrial pues una vez tenían el relieve sólo había que entintar cuantas veces se quisiera para obtener más copias.

Ver que los colores, que a medida que va pasando el tiempo se hacen más ricos, más variados, no han perdido ni un ápice de su brillo y esplendor. Retroceder a un pasado donde las formas en las invitaciones, en las felicitacioes era tan delicada que se conviertieron en objetos de colección. Escuchar a través de la guía todas aquellas curiosidades sobre el teatro de aquel país, sus costumbres, su manera de tratar a las mujeres, de entender la vida y durante un rato, sentirte parte de esa época.


Sin duda una exposición que no hay que perderse por nada del mundo. Recomendación: no olvideis pedir la audioguía, hace la visita más lenta pero muchísimo más interesante e instructiva.


Estará hasta el 14 de setiembre en La Pedrera (entrada gratuíta)

3 comentarios :

  1. Gracias por la recomendación. De los sarcófagos me iré a Japón, cuando vaya a Barcelona :)

    Un beso guapa y espero que tu incorporación al mundo del currante haya sido suave.

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  2. Ayyyy, leeré tu crónica cuando la haya visitado (que seguramente será hoy o mañana)!!!!!

    :)

    Besos!

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  3. Hola!!

    Yo también me alegro de volver a saber de tí. Es estupendo.

    Muchas gracias por la recomendación. Trabajo cerca y aprovecharé el paréntesis del mediodía para ir a ver la exposición.

    Besos.

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