Alguna navidades son inolvidables. Y las de 1998 en Quebec serán siempre recordadas por un niño que en aquel momento tenía once años. Fue entonces cuando sus padres le anunciaron que iban a separarse. Jamás creyó que algo así podía pasarle a él y se enfadó y lloró como nunca lo había hecho. Y gritó al cielo: "ayúdame", pero él era tan pequeño y el cielo tan grande... Sin embargo, aquella noche se desató la peor tormenta que Quebec había conocido.
Aquella tormenta marcaría su vida y la de sus vecinos, porque las situaciones extraordinarias hacen que las cosas se vean de una forma diferente. Y en la pequela comunidad sumida bajo el manto de hielo florecieron relaciones inesperadas y algunas personas recordaron sentimientos que tenían olvidados.
Es la historia de una felicidad caída del cielo. Una narración conmovedora, llena de ternura y optimismo, en la que una inesperada tormenta de hielo cambia la vida de un niño de once años, la de sus vecinos y la trayectoria de unos peces muy especiales.
Una lectura facil, con momento entrañables y divertidos. Una gran helada les da la oportunidad a diferentes personas de entablar una relaciones algo impensables para ellos y que les harán cambiar, en la mayoría de los casos, la percepción qu etenían del mundo o de ellos mismos. Ver más allá de las puertas de sus casas y relacionarse con aquellos vecinos a los que antes apenas habrían saludado.
Como un cuento de navidad para leer en cualquier época del año.
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Este lo tenía apuntado desde que lo vi en la revista de Círculo...me gustan los libros con títulos extraños...
ResponderEliminarBohemia
Aunque la navidad cada vez me gusta menos, sí que me encantan las historias de navidad, tipo Juan Nadie o Qué bello es vivir. ¿se parecerá en algo a ellas?
ResponderEliminarHace días lo miro... a ver cuándo me lo pillo.
ResponderEliminarummm también lo quiero.
ResponderEliminarBueno es que tu me enloqueces con todas tus sugerencias.
Gracias.
Besos.