Almuerzo en casa de los Wittgenstein (Ritter, Dene, Voss)

Es una tragicomedia familiar. Dos hermanas actrices, solitarias, que sólo trabajan cuando les apetece, y un hermano filósofo que acaba de llegar a casa después de una de sus estancias en el manicomio de Steinhof. Con estos personajes, construidos a partir de algunos rasgos del pensador y otros miembros de la misma familia Wittgenstein, Bernard viste una recreación de lo que debería haber sido un almuerzo en la mansión de una de las familias más ricas, influyentes y de más prestigio cultural de la Viena de la primera parte  del siglo XX. Un almuerzo que se podría haber producido cuando el esplendor y la pompa de la poderosa estirpe hubiera iniciado su declive.

Texto duro y denso, lento para una sesión de noche sólo mitigado por la excelente maestría de tres actores como la copa de un pino. Carmen Machi, muy alejada de sus papeles televisivos, nos representa a la hermana mayor, partidaria de la presencia de su hermano en la casa para normalizar al situación, en un afán por mostrar una normalidad a todas luces ausente. Ángels Bassas representa a la hermana menor, mucho más realista y que se opone a la vuelta de su hermano pues cree que su lugar es el manicomio, a veces más parece que por comodidad que porque realmente considere que está desquiciado y finalmente Mingo Ráfols que borda el papel de filósofo desquiciado que tampoco se ve fuera de su lugar habitual que no es otro que las paredes del manicomio de Steinhof... mención a parte merece su monólogo y parte de la comida, sencillamente brillante.

Una obra dura, no demasiado entendible que se salva por las enormes interpretaciones de sus actores.