Amor se escribe sin hache

Constituye el primer relato largo de Enrique Jardiel Poncela. El éxito que disfrutó desde el primer momento compensó económica y moralmente muchos disgustos y algunos fracasos de sus estrenos teatrales. Jardiel pretendió con esta novela "reírse de las novelas de amor al uso", desarrollando un permanente juego entre humor y amor-erotismo que mantenga al lector en una posición intermedia entre el interés y el rechazo de carácter desmitificador. El resultado es, como toda la creación literaria de Jardiel, un producto único y singular en la literatura española.

Esta es la propuesta de Senderos Íberos para el club de lectura del mes de Julio.


Ha sido una lectura fresca y gratificante, con momentos de hilaridad al ver el comportamiento tan infantil e irracional de algunos de sus protagonistas.


Una crítica sin contemplaciones a las novelas de amor de la época, de la sociedad que se vivía por entonces e incluso, en algunos momentos, a la inteligencia de quien lee con explicaciones de autor , la mayoría de veces, innecesarias a hechos ocurridos en el transcurso de la acción.


Una novela fresca y refrescante a pesar de los años que lleva escrita, una buena manera de sobrellevar algo mejor el calor con la sonrisa que te producen algunos de los acontecimientos. Es una buena manera de acercarse a los clásicos de la buena literatura española.