Miradas


Allí estaba de nuevo, sentado en su banco de siempre, con la posición impertérrita  de quién ya ha visto pasar la vida, apenas un leve movimiento denotaba que la sangre continuaba fluyendo por sus venas… hacia días que lo observaba en silencio; al igual que él, había tomado la costumbre de deambular por el paseo a esas horas donde la calma y el silencio sólo se veía turbado por el suave mecer de las olas al romper sobre la arena. Viejas costumbres que eran difíciles de cambiar sobretodo cuando tenían ese efecto sobre mi cuerpo y mis nervios.

Sentía curiosidad sobre su procedencia, cuando yo llegaba él ya estaba y cuando volvía en el sentido inverso, todavía estaba sentado mirando más allá de lo que los ojos abarcaban… mas nunca me atrevía a sentarme a su lado y compartir su mirada, invadir los espacios ajenos nunca había sido grato para mi y eso me había hecho perder buenas oportunidades pero ese era otro tema. En este caso hubiera valido con sentarme en su misma tarima, quizás una mirada fortuita hacia la izquierda hubiera servido para empezar un monólogo o quizás, en el mejor de los casos, una conversación, y así, mis ansias de conocer hubieran quedado saciadas, pero como tantas otras veces mis pies se alejaban de esas tablas para coger el autobús que me conducía de nuevo a la vorágine en la que estaba imbuida mi vida y de la que sólo en esos breves momentos me lograba alejar.

Qué observaba o porqué estaba allí cada tarde continuó siendo un misterio para mi pues nunca más lo volví a ver. Una tarde su banco estaba ocupado, pero no era él quién allí estaba, una nueva pareja habitaba ese espacio y se dedicaban cada una de sus miradas y atenciones, observé todos y cada uno de los bancos en mi recorrido, buscando su nueva ubicación pero no estaba en ningún lugar. Varios días después otras gentes y otras miradas ocuparon su banco pero él no volvió, quizás su vista se cansó de mirar hacia ningún sitio, sus ansias de conocer se agotaron, su sitio se perdió por irreemplazable y decidió dirigir su mirada hacia otro lugar, o quizás, simplemente, se cansó del vacío…

Texto y foto: Dsdmona, Barcelona, 11/11/10
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4 comentarios :

  1. Me ha encantado ese post, observador, meditativo de la realidad y viendo en algo distinto en lo que habitualmente pasa inadvertido. Un besote.

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  2. Me encantó la foto. Hermosa. Y obvio, tus letras.

    Abrazos.
    G

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  3. Me encanta la foto! Mucho! Y el texto! Artista!

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  4. Pues yo creo que siguió mirando y mirando hasta que un día descubrió, a lo lejos, otro lugar desde el que seguir mirando el horizonte, otro espacio perfectamente reemplazable, pero objeto de tus miradas. Él siguió mirando hasta el final de sus días porque en una de sus atalayas comprendió que mirar y ser mirado conformaba parte de cierto binomio eterno....rastros de esencias apenas perceptibles por la cotidianeidad.

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