Nada

Pierre Anthon deja el colegio el que descubre que la vida no tiene sentido. Se sube a un ciruelo y declama a gritos las razones por las que nada importa. Tanto desmoraliza a sus compañeros, que deciden reunir objetos esenciales con el fin de demostrarle que hay cosas que dan sentido a quienes somos. En su reto arriesgarán parte de sí mismos y descubrirán que sólo al perder algo se aprecia su valor. Pero entonces puede ser demasiado tarde.

Esta novela pasó de no ser aceptada en ninguna editorial a prohibirse en las escuelas cuando un editor se atrevió con ella y posteriormente a ser lectura recomendada en los institutos noruegos. ¿qué provoca tal vaivén? Eso fue lo que me impulso a leerlo, para conocer el porqué de este viaje tan convulso y encontré un gran texto, con grandes preguntas, aquellas que sólo pueden formularse los niños por su nivel de inocencia, por no tener todavía demasiadas barreras y compromisos sociales que obstaculicen su raciocinio.
Tenemos a un niño que un día decide que nada vale la pena y se sube a un ciruelo para gritar a todo aquel que quiera oírlo que no hay que hacer nada pues nada vale lo suficiente la pena, ni tan siquiera esa vida que utilizamos en conseguir algo que seguramente no nos hará felices. En esta novela apenas hay adultos, el peso lo llevan los compañeros de clase, que deciden que han de demostrarle que si que hay cosas que valen la pena, aquellas que son importantes para uno hacen que la vida tenga sentido, para cada persona uno distinto pero sentido al fin y al cabo; deciden construir una montaña de cosas valiosas, cada uno de ellos deberá renunciar a uno de sus bienes más preciados para el bien del experimento… ¿las conclusiones? Serían fáciles si todo hubiera salido bien pero el azar y los adultos también intervienen y terminan creando problemas.
Un buen libro, ameno, reflexivo y muy interesante.

He vuelto...


después de unos días de vacaciones pero aún no puedo estar por aquí "físicamente" contando que hemos estado en Londres, que hemos vuelto a la edad media visitando Nürberg y que ahora mismo empiezo la sesión de chapa y pintura del piso, así que deberéis esperar algunos días más... supongo que no os arrepentiréis.

Foto: Perillón75

Vacaciones


Llegaron las esperadas vacaciones... cuidarme el garito... vuelvo/mos el 25 de Junio...

Midnight in Paris


Un escritor norteamericano algo bohemio (Owen Wilson) llega con su prometida Inez (Rachel McAdams) y los padres de ésta a París. Mientras vaga por las calles soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea transportado a otro universo donde va a conocer a personajes que jamás imaginaría iba a conocer... 

Sólo ver el cartel de la película me enamoré de ella y al verla en la pantalla mi opinión no hizo sino afianzarse mucho más, creo que es una de las mejores películas de Allen en mucho tiempo...

Él, escritor de guiones lanzado a la aventura de su primera novela y deseoso de conocer el París de los años veinte. Ella, hija de una acaudalada familia empresarial americana, con los pies en el suelo que dedica sus días en París pagados por papá en buscar muebles y decoración para una casa que todavía no tienen. Él, deseoso de pasear por las calles aunque sea bajo una lluvia intensa, ella que no quiere que la lluvia la roce si quiera, unos amigos de ella que son para darle de tortas de lo "entendidos" que son, él que decide vagar por la ciudad para no escucharlo y así, sin saber como se ve transportado a su París soñado, conociendo a todos los escritores y personajes relumbrantes de la época... repite y repite noche tras noche hasta darse cuenta de que lo que realmente importa cuando no te gusta tu presente no es buscar un pasado en el que te encuentres a gusto sino cambiar ese presente hasta hacer que sea como a ti te gusta realmente.

Una gran película, con algunos momentos dignos de enmarcar.

Las huellas imborrables (D10M#1)



El verano llega a su fin y la escritora Erica Falck vuelve al trabajo tras la baja de maternidad. Ahora le toca a su compañero, el comisario Patrik Hedström, tomarse un tiempo libre para ocuparse de la pequeña Maja. Pero el crimen no descansa nunca, ni siquiera en la tranquila ciudad de Fjällbacka, y cuando dos adolescentes descubren el cadáver de Erik Frankel, Patrik compaginará el cuidado de su hija con su interés por el asesinato de este historiador especializado en la Segunda Guerra Mundial.
Mientras tanto, Erika hace un sorprendente hallazgo: los diarios de su madre Elsy, con quien tuvo una relación difícil, junto con una antigua medalla nazi. Pero lo más inquietante es que, poco antes de la muerte del historiador, Erika había ido a su casa para obtener más información sobre la medalla. ¿Es posible que su visita desencadenara los acontecimientos que condujeron a su muerte?

Quinto libro traducido en España de la serie ubicada en Fjällbacka escrita por Camilla Läckberg, elevada por los críticos a una de las reinas actuales de la novela negra escandinava.

Es innegable que el hacer series muy largas acaba desgastando el filón y cada vez cuesta más hacer buenos textos. Creo que en este caso es lo que ha pasado, el filón empieza a agotarse y aunque no sólo es importante el crimen o misterio en estas novelas pues nos cuentan la evolución de sus principales personajes y como afrontan sus nuevas responsabilidades en la vida, si que es verdad que nos encontramos frente a una novela negra y en ella uno espera encontrar misterio, un asesino poco probable, con algunas pruebas que despisten, con una trama que enganche y que no permita al lector ni un momento de tregua y para mi esta novela no contiene alguno de esos elementos, me ha parecido mucho más costumbrista que de misterio, hemos conocido mucho más de la vida de los padres (la madre en este caso) de la protagonista que casi el crimen en si y cuando nos habla del misterio es casi fácil saber quien fue más probable que fuera su asesino. Así que como todo filón que se agota creo que para mi esta saga ha llegado al final.

Recomendable a medias, si no hay mucho más que leer y sólo bajo la sombrilla de playa.

El misàntrop (El misántropo)

El misantrop es una de las piezas más brillantes de Molière, y su protagonista sobresale entre todos los arquetipos humanos que pueblan la literatura dramática universal. 

Alceste es un hombre tocado por una aversión profunda a todo lo que respira y se mueve a su alrededor, pero tiene la virtud de resistirse a cualquier interpretación unívoca: si por un lado es difícil no simpatizar con su crítica hilarante e implacable de la hipocresía, la mediocridad y la petulancia que lo rodean, por el otro cuesta pasar por alto sus debilidades y contradicciones, su condición de verdugo y de víctima a la vez. Sorprende comprobar cómo, aun habiendo sido escrita en el siglo XVII, El misantrop no ha perdido vigencia. De algún modo, la sociedad continúa ofreciendo motivos de sátira y ridiculización que encajan perfectamente con la divertida pieza de Molière.

Es precisamente con la voluntad decidida de subrayar su vigencia y modernidad que Georges Lavaudant ha revisado este clásico universal, y lo hace con una nueva dramaturgia, en la Sala Gran del TNC y con un equipo de pesos pesados de la escena catalana actual.

Un montaje depende tanto de la obra como de la visión del director sobre ésta, por tanto hay montajes muy fidedignos de la obra original  hay otros que sólo tienen en común el título y poco más. En este caso el director, trabajando con una traducción de Sergi Belbel, ha seguido el texto pero ha confeccionado una escenografía y una interpretación actoral demasiado excéntrica y para mi, fuera de lugar.

Los actores no recitan ni interactuan, se gritan sin remedio en un escenario de gran negrura y sin apenas mobiliario. Los cambios de escena son acompañados por música tecno y luces estraboscopicas, además de algún personaje paseando como si desfilara por el escenario. Y todo es fruto de la dirección porque los actores, todos conocidos y de reputada solvencia, han demostrado que pueden actuar de otra manera.

En general me gustó pero creo que soy algo más clásica en cuanto a la escenografía y que ese modernismo ha hecho que la valoración de la obra y la representación se hayan visto mermadas.

Big Bang


Nunca he sido de aquellas personas que se enganchan a todas aquellas series que dan en la tele, que se graban sus capítulos y se guardan todo lo que se publica en la red (cuando no había gastaban horas de vhs para conseguirlo), aunque reconozco que si lo he hecho en tres series, lo de seguirlas digo, y curiosamente las dos eran series relacionadas con la medicina, ER (aquí conocida como Urgencias y maltratada por TVE), Hospital Central (vulgar imitación de la primera que me enganchó por algún motivo que no recuerdo y que después me permitió conocer a un montón de gente interesante) y la tercera, por pura curiosidad profesional, CSI en todas su versiones (aunque Grissom siempre fue mi preferido).

En mi entorno hay gente que sigue un montón de series (americanas) y que comentan día sí y día también lo que ha ocurrido en el episodio (seguido por internet pues lo más normal es que en España vayamos un par de temporadas más atrasados), así fue como me enteré de que había una serie, con capítulos de apenas 25 minutos protagonizada por unos científicos algo peculiares y una vecina que le ponía el punto terrenal... vi algún capítulo suelto (creo recordar que lo emitían en Antena Nova) pero ha sido desde hace un par de meses y gracias a un canal del satélite que me he enganchado irremediablemente a esta serie, emiten tres capítulos cada noche de temporadas anteriores (nuevas para mi) y el viernes uno nuevo de la temporada actual... he de reconocer que me río con sus ocurrencias, con sus pensamientos y con su manera de actuar frente a la vida, sabiendo que en realidad sería difícil sobrevivir con esta manera de ser... me distrae, me relaja... y si por ello me llaman friki... diré bien alto, sí, lo soy.

Por cierto la serie es The Big Bang (Theory) y para saber más puedes pinchar aquí.

Historia de una maestra

En 1923 Gabriela recoge su título de maestra. Es el comienzo de un sueño que la llevará a trabajar en varias escuelas rurales en España y en Guinea Ecuatorial. Historia de una maestra es la narración, hecha desde la memoria, de la vida de Gabriela durante los años veinte y hasta el comienzo de la guerra civil. Con el trasfondo de la República, la revolución de Octubre y la guerra, esta novela rememora aquella época de pobreza, ignorancia y opresión, y muestra el importante papel de la enseñanza y de aquellos que lucharon por educar un país. Contada desde la verdad del recuerdo, con sentimientos que apenas nos atrevemos a reconocer y desde una progresiva toma de conciencia, Josefina Aldecoa nos abre un camino a la esperanza y al idealismo.
Es el libro escogido por Senderos Íberos para el club de lectura del mes de Abril.
Tras la desaparición de la autora el club decidió leer uno de sus libros a modo de homenaje tal como habíamos hecho con Ana María Matute al concederle el Premio Cervantes.
Es un libro que parece más un esbozo que una novela terminada, nos presenta muchas situaciones, muchos personajes que no terminan nunca de germinar, de explotar todo su potencial. La autora salta de un tema a otro como intentando explicar mucho pero sin explicar nada, al fin y al cabo. 
Una pequeña decepción.

La impaciencia del amor

En los albores de la Gran Guerra, el teniente Anton Hofmiller recibe una invitación para acudir al castillo del magnate húngaro Lajos von Kekesfalva, cuya hija, que sufre parálisis crónica, se enamora del joven oficial. Hofmiller, que sólo siente compasión por la joven Edith, decidirá ocultar sus verdaderos sentimientos y le hará tener esperanzas en una pronta recuperación. Llega incluso a prometerse con ella, pero no reconoce su noviazgo en público. 

Como un criminal en la oscuridad, Hofmiller se refugiará en la guerra, de donde regresará como un auténtico héroe. 

La impaciencia del corazón-hasta ahora conocida entre nosotros como La piedad peligrosa-es sin duda uno de los mejores libros de Zweig, un sobrecogedor retrato de la insondable naturaleza humana que atrapará al lector desde la primera página.

La novela más larga de Zweig, más conocido por sus novelas cortas, nos muestra a un protagonista cobarde, que se mueve sólo por compasión, sin tener muy en cuenta como se pueda sentir la otra persona afectada. Por otra parte, Edith, esclaviza a todo aquel que tiene alrededor buscando su compañía y su ayuda aunque nunca admite que necesita esa compañía y ayuda. Los tratamientos realizados no funcionan y parece que la presencia del joven teniente es lo único que la ayuda un poco. 

Cobardía, miedo al rechazo, no hablar de los problemas frontalmente, engañar con falsas promesas para conseguir algún resultado positivo sólo sirven para que todo el mundo salga perjudicado y nadie sepa ya a que atenerse. 
Es una novela poco amable con personajes que odias y amas a partes iguales en el desarrollo de la historia, que se lee lentamente, quizás por el lenguaje usado aún así vale la pena no cejar en el intento y terminarla pues es una gran novela.
 
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