Una tumba sin nombre, sin cruz, ni luz de luna

 "… lo cierto es que su ánima vaga esperando que alguien se acerque a echarle un poco de agua bendita, pero no hay vivo que quiera hacerlo ni espíritu que le recoja el farol."

En las montañas de Sotiño, cerca del mar, está situada la aldea de Miñarzo en una de cuyas tumbas se dice que duerme un joven que murió sin haber tenido hembra a la que amar ni hija a la que querer y que busca compañía para el Más Allá. A través del tiempo, el ánima del joven se entremezcla en la vida de varias de mujeres.

La descripción de los paisajes, de la lluvia y del aire brumoso, del misterio sobrenatural y de la magia de una comarca gallega, nis relatan la historia de una familia, las costumbres y supersticiones de las gentes, que utilizan conjuros y encantos para satisfacer deseos y pasiones, con su particular interpretación de la cercanía entre la vida y la muerte. Todo ello ocurre delante de los ojos de una niña que vive y disfruta sin comprender.

“Y lo que muchas no le podían perdonar es que despreciara a sus maridos. Muchos son los que llaman a su puerta, pero ella les deja rodeados de la noche, gimiendo como perros."

"…los muertos descansan en paz en el Camposanto, pero a las personas que matan…, ésas andan por ahí hasta que las redimen o se vengan."

Descubrí este libro en el blog de Carmen, me intrigó su texto y decidí escribir a la editorial Chiado para ver si sería posible recibir un ejemplar. Lo recibí a los pocos días y lo he degustado hace apenas unas horas.

Y digo degustado porque creo que es la palabra exacta para este texto, lleno de misterio, de secretos, de silencios, de meigas, de hechizos, de poesía, de luna, de mar, de canela, mucha canela... es la historia de un Pazo, de una tierra metida en si misma donde parece que nada cambia con el paso del tiempo, que todo se mantiene imperturbable, aunque en el fondo si que cambia, sutilmente, pero hay una evolución...

El Pazo y sus habitantes son el alma de esta novela contada con la sapiencia de lo ya ocurrido aunque para el lector sea la primera vez que lo escucha y lo único que puedes hacer es sentarte y dejarte llevar, disfrutar de sus palabras y de la historia para una vez terminada la última página sólo poder decir: quiero más.

Gracias a la editorial por su amabilidad al enviarme el ejemplar.