Memento mori

Septiembre de 2010. Aquella mañana de domingo nada le hacía presagiar al inspector de homicidios de Valladolid Ramiro San­cho que acababa de dar comienzo una pesadilla que lo dejaría marcado para el resto de sus días.

La investigación del asesinato de una joven ecuatoria­na a la que le han mutilado los párpados y cuyo cuer­po han encontrado unos versos amenazantes, ocupa las primeras páginas de esta novela negra narrada con un dinámico y atrevido lenguaje cinematográfico. Sin embargo, el autor nos arrastra por un camino inespe­rado al describir los hechos desde la perspectiva del propio asesino: un sociópata narcisista influenciado por la música más actual y por las grandes obras de la literatura universal.

La evolución frenética de los acontecimientos desem­boca en la intervención de uno de los especialistas más reconocidos en el comportamiento de los ase­sinos en serie. Este complejo triángulo emocional, unido a la intriga que envuelve al siniestro cómplice del asesino, hace que Memento mori se convierta en un profundo thriller de acción con banda sonora que atrapará al lector de principio a fin.

Las nuevas tecnologías nos han aportado nuevas maneras de comunicarse y gracias a ello disfruté este libro a través de la lectura simultánea que se programó en Twitter para el mes de Octubre, una manera distinta de leer y opinar sobre una obra.

Me gusta la novela negra, de misterio y policíaca; me gustan los muertos, los asesinatos y todo aquello que rodea la investigación de delito y en esta novela nos encontramos con un inspector de policía un tanto atípico, un asesino psicópata aficionado a la música y a un experto que parece saber mucho sobre el tema consultado.

Me ha gustado saber que piensa el asesino en todo momento, le da una dimensión distinta a si tal sólo lo podemos conocer a través de los ojos de los que le investigan. Sabemos sus motivaciones, las distintas formas que tiene de trabajar y además nos ameniza con una banda sonora especial y muy reconocible.

Con la música me ha pasado una cosa curiosa, no conozco las canciones mencionadas pues no son grupos que suelo escuchar pero al leer algunas de las letras integradas en la narración se ven que están buscadas para causar determinado efecto o para resaltar alguna cosa en el personaje o en la acción y eso tiene mucho mérito.

El libro no pierde casi nunca el ritmo y es aquí donde llega mi único "pero", en algún momento el discurso de "Carapocha", el experto sabiondo, me corta la trepidante acción; no con ello quiero decir que no sea interesante o muy bien documentado sino que para mi manera de ver no tiene mucho sentido el alargarlo tanto.

Como en todas las novelas de misterio, sobretodo si has leído muchas, hay cosas que sabes que van a suceder pero aún así, para mi, no quitan mérito a una buen narrada historia que consigue entretener, mantener en vilo al lector y terminar de una manera un tanto abrupta y sorprendente que sólo deja ganas de seguir enseguida con su segunda parte "Dies Irae"