Freeheld

Basada en la historia real de Laurel Hester (Julianne Moore) y Stacie Andrée (Ellen Page) y su lucha por la justicia. A Laurel, una condecorada policía de Nueva Jersey, le diagnostican un cáncer terminal y quiere dejar su pensión ganada durante años a su pareja de hecho, Stacie. 

Sin embargo, los funcionarios del condado, que no ven con buenos ojos la pareja homosexual, conspiran para evitarlo.

Después de múltiples retrasos en su estreno por fin podemos ver en cartelera uno de las películas más esperadas por el público LGTB (a nos ser que hayas tenido la suerte de verla en alguno de los festivales donde se ha proyectado). Si además viene incluido el trabajo, de una siempre estupenda, Julianne Moore la alegría ya es doble.

La historia es dramática, desde el inicio sabes que no acabará bien pues como te dice al inicio del film está basada en hechos reales y se ha hablado bastante del tema y a estas alturas casi todo el mundo sabe como termina la historia de Laurel y Stacie.

Quizás lo que más me sorprendió es que podrías pensar que la acción se sitúa en una ciudad mediana o pequeña en los años setenta/ochenta pero en realidad la ciudad es New Jersey, en el condado de Orange County a principios del s. XXI, hace menos de diez años y eso es lo que lo hace mucho más duro.

Una policía condecorada, ascendida a teniente (siendo la primera mujer en serlo en ese departamento), bien considerada entre sus compañeros, enferma de cáncer quiere que si muere su pensión pase a su mujer, pareja de hecho (lo único autorizado para ellas), si estuviera casada con un hombre ni tan siquiera tendría que pedirlo y por el hecho de ser una mujer debe suplicarlo delante de cinco hombres (curioso también) que son los que toman las decisiones.

La película nos enseña el empeoramiento de su situación a la vez que la presión mediática y moral crece para cambiar la decisión tomada inicialmente.

La película además de basarse en la vida real de Laurel y Stacie tiene su base en el documental que se hizo en 2008 y que ganó el Oscar ese mismo año en su categoría.

Tenemos la visión de que Estados Unidos es un gran país, moderno y muy cosmopolita pero situaciones como estas, leyes como las que tiene aún hoy en algunos estados nos da una ligera idea de que es un país de grandes contrastes y, en algunos aspectos hipócritas, que deberían aprender de algunos de los países a los que ellos ignoran o simplemente consideran menos evolucionados.