La última noche del año nos lleva a hacer balance de lo que dijimos, de lo que hicimos y de todo aquello que nos quedamos con ganas de hacer, como dice la canción de lo bueno y de lo malo... yo, como buena óptimista (al menos el 90% del tiempo) me quedo con lo bueno de este 2.007: tal y como había deseado a principios de año me cambiaron una palabra en el contrato y pasé de temporal a indefinida (nada hay seguro en esta vida pero al menos esa palabra abre una infinidad de nuevas puertas e ilusiones), un accidente casero me dió la oportunidad de volver a cuidarte y mimarte y aunque no se lo deseo a nadie creo que salimos bastante bien paradas. Nos fuimos de viaje con unas grandes amigas que nos regalaron risas, charlas y unas imágenes que voy a tardar en olvidar, conocí a alguien especial que vive lejos y que este año 2.008 espero volver a ver, esta vez acompañada. Vosotros, los que me leeis, me regalasteis comentarios preciosos que sirven para la autoestima de una... me metí un poco más en vuestras vidas con los posts que me regalais cada mañana y que en algunas ocasiones han logrado que la sonrisa apareciera en mi cara.
Me gusta más esta noche que culaquiera de las otras noches que llenan estos quince días fatídicos para algunos, me traen recuerdos, nervios, alegría y un poquito de añoranza... pero no por ello dejo de disfrutarlo, a mi manera, tranquila, con una buena cena, unas uvas (ya peladas pero naturales) y luego un buen postre en la mejor de las compañías, Tú, que has vuelto a ser el motor de mi vida en este año que casi termina y espero y deseo lo seas en este año que está a punto de comenzar.
Para vosotr@s un deseo: Que lo mejor del 2007 sea lo peor del 2008
Foto: Marina Cast.