Decididamente, la sobremesa hoy está hecha de besos y de abrazos; en una travesía hacia un lugar llamado dulzura. Con los besos, los olores, los abrazos, las babas, los intercambios de calor personal, los lametones, los mocos, se amasan la madre y los niños, que quedan sabrosamente encantados de compartir los productos del cuerpo. Como todo pacto de sangre, éste del amor entre ella y los niños se cocina intercambiando al tiempo pareceres y líquidos. Amar -piensa ella- debe de ser sencillamente esto: mezclarse en el líquido del otro y diluirse en el mar templado de los besos.
Foto: Valoo_agm
Texto: "La jornada de las mujeres-árbol", Teresa Moure; Ed. Ronsel (pág. 63)
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Bonito texto y me esta picando el gusanillo cada vez mas por leer algo de esta autora
ResponderEliminarSaludos
hago mías también las palabras de Maggy
ResponderEliminarbesines
que maravilla de texto..
ResponderEliminarcon tu permiso lo copio y lo guardo..
la frase final es preciosa...
un beso..
Discúlpame la osadía, luego traduzco, "Pensei, iso si, que estabamos feitas para non termos límites e permitin que aquela persoa, anovada e distianta a quen antes fora, fose durante ese tempo longo do amor compartido....". Pensé, eso si, que estabamos hechas para no tener límites y permití que aquella persona, renovada y distinta a quien antes fuera, fuera durante ese largo tiempo de amor compartido...(sería la traducción más o menos)"Benquerida catástrofe". Su última novela, un beso
ResponderEliminarAy, quiero ese librooo... ;)
ResponderEliminarDsdmona..., mi lista no decrecerá nunca a este paso!!! ^^
ResponderEliminarque belleza de texto, me apunto esta recomendación...
ResponderEliminarAbrazos