Gomorra

Nápoles es la ciudad más violenta de la Unión Europea. Su criminalidad organizada, la Camorra, ha asesinado desde 1980 a más de 3.600 personas, más que la suma de IRA, ETA y Brigadas Rojas, y mucho más que la Cosa Nostra siciliana. Pero el rojo de la sangre es sólo un aspecto de la calamidad. La otra cara del problema es negra: una ciudad que vive de la economía sumergida se condena a vivir del otro lado de la ley. Los jefes de clan, los usureros y los mafiosos sustituyen gradualmente a los políticos, los bancos y los policías. Este increíble y fascinante relato real, escrupulosamente documentado, es un viaje a este mundo, el imperio empresarial y delictivo de la Camorra, periplo que comienza y termina bajo el ciclo de vida de las mercancías de uso y consumo –videojuegos, relojes, ropas de marca–, las cuales arriban al puerto de Nápoles –punto de entrada en Europa del comercio chino que escapa en su inmensa mayoría a las Aduanas–, pasando a formar parte de una ingente red de talleres clandestinos que alcanzan dimensiones globales y sustentan la actividad empresarial de la mafia. Esta es hoy en día la Camorra –o el “Sistema”, como verdaderamente se la conoce–: por un lado una organización empresarial con impresionantes ramificaciones por todo el planeta, y por otro una zona oscura, cada vez más extensa, donde cuesta distinguir cuánta riqueza es producto de simples operaciones financieras y cuánta de las actividades sanguinarias.

Sabido es que el autor de este libro está perseguido por la organización mafiosa más bien estructurada del planeta, que su vida tiene precio y que su ubicaación es uno de los secretos mejor guardados. Sinceramente no me extraña, con lo que cuenta me parece raro que todavía no lo hayan asesinado. Una organización capaz de infiltrarse en todos los estratos de la sociedad, en negocios legales que cubren los ilegales, el imperio empresarial que domina la parte sur de Italia, sus normas, sus luchas, sus nombres y apellidos; no deja nadie ni nada para contar. Hasta ahí un libro perfecto, la lástima es que la manera de contarlo es tediosa, lenta, llena de nombres y datos que cortan el ritmo si es que alguna vez se llega a pillarlo. No es una novela al uso, no es un ensayo como lo conocemos, es un intento de mezclar dos estilos que no se llevan demasiado bien y que tiene como consecuencia un libro muy interesante pero casi imposible de leer sin bostezar.

Me ha decepcionado mucho, tanto, que tenía intención de ver la película pero se me han pasado las ganas.