Un libro curioso, distinto, a modo de diario que intenta primero ser un ejercicio de estilo y acaba convertido en un lugar donde leer las aventuras y pensamientos de un escritor que cree que mejorando la letra mejorará también su particular visión del mundo.
Estructurado en ejercicios y discursos, su lectura no se hace empalagosa ni tediosa y así avanzando nos enteramos de sus tremendas ganas de libertad que alberga.
La gente incluso suele decirme: "ahí tiene un argumento para una de sus novelas", como si yo anduviera a la pesac de argumentos para novelas y no a la pesca de mi mismo. Si escribo es para recordar, para despertar el alma dormida, avivar el seso y descubrir sus caminos secretos; mis narraciones son en su mayoría trozos de la memoria del alma, y no invenciones
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