Ella, que todo lo tuvo

Tras sufrir un grave accidente, Ella no vuelve a escribir. Derrotada y perdida, emprende un viaje a Firenze en busca de una fascinante historia que le contó su padre y que quiere convertir en novela. En su afán por sentirse viva, crea un enigmático y silencioso personaje, La Donna di Lacrima, que recibe en un soberbio ático de la via Ghibellina a hombres que le cuentan su vida y adoran su cuerpo y su silencio. Nadie reconocerá en ésta a la solitaria y triste escritora que restaura libros y visita cada tarde a las siete la antigua librería del Mercato Nuovo donde otro ser, un librero tan solitario y misterioso como ella, la espera.

Con esta conmovedora historia, profunda, desgarradora y llena de sensualidad y simbolismos, Ángela Becerra explora los abismos de la soledad, la fragilidad del ser humano y su incesante lucha por encontrar la felicidad y el verdadero sentido de la vida.

Segundo libro que leo de Ángela Becerra, si el primero me encantó éste me ha fascinado y enganchado de tal manera que no hubiera deseado que terminara nunca, aún ahora tras el paso de los días la historia recorre mi mente intensamente.

Ella, colombiana de nacimiento y italiana de adopción, ha perdido en un accidente de tráfico no sólo a su marido y a su hija sino la capacidad de escribir, de mostrar sus emociones cara a los demás. Su único consuelo es el vodka que bebe a todas horas, sola sin ninguna otra compañía que ella misma. Su huida a Firenze en busca de la historia que marcó la vida de su padre la hará reencontrarse con algunos de los personajes que poblaron su vida cuando vivía su marido y el descubrir nuevos retos al aprender a restaurar aquellos libros dañados por el "Aluvión" que malogró infinidad de libros de gran riqueza. Re descubrir el poder de la palabra escrita en casa del librero, y perderse en sus sueños son otros de los pasatiempos de Ella en la ciudad.

Una mujer tormentada, obsesionada por la desaparición de los cuerpos de su marido e hija, su búsqueda infructuosa... Becerra nos lleva por caminos tortuosos con algo de esperanza que a veces desaparece al girar la página o que aparece allí donde menos lo esperas.

Una lectura no sólo recomendable sino que apostaría a que es imprescindible.