Flor del desierto

Como en un cuento de hadas, Waris Dirie, nacida en Somalia entre pastores nómadas, se convirtió en una de las modelos más solicitadas de la época. Recorrió un camino fascinante hasta pisar las pasarelas más famosas y ser portada de las mejores revistas de moda. A los 13 años huyó de una boda de conveniencia y anduvo días por el desierto antes de llegar a Mogadiscio, capital de Somalia. Allí, sus parientes la mandaron a trabajar como criada a la Embajada de su país en Londres, donde pasó la adolescencia sin saber leer ni escribir. Antes de volver a un país destrozado por la guerra, prefirió permanecer ilegalmente en Londres y trabajar de dependienta. Mientras trabajaba en un restaurante de comida rápida, fue descubierta por el famoso fotógrafo Terry Donaldson.

La belleza se encuentra en los lugares más insospechados, cuando menos la buscas. Así sucede con Waris, un fotógrafo de fama mundial la descubre escobando un local de comida rápida; el cómo ha llegado hasta ahí no tiene nada de glamuroso sino más bien de suerte y mucha valentía. Con trece años y en vísperas de contraer matrimonio con un hombre que le cuadriplica la edad emprende el mayor viaje de su vida, atravesar el desierto, sin comida ni agua, para poder llegar a casa de su abuela y encontrar así la "salvación", pero nunca todo es fácil y ella lo descubrió pronto. Alejada de sus costumbres, de su gente se siente aislada y lo que ella conocía como normal poco a poco se le descubre como una verdadera atrocidad.

Una película basada en una vida real, dura, sin pausa, con detalles, con color y con dolor, con una bella música que realza todavía más la belleza que encierras sus fotogramas.

Anteriormente Waris Dirie explicó su vida en un libro en el que ahora se ha basado este film.