Dame una razón
para continuar matando.
Una sola
para arrancarle la pierna
a una persona que nada tiene que ver
con todo esto.
Para estropearle(te) la vida.
Dame una razón,
si entiendes qué es eso, al menos.
Si la tienes.
Texto: Hasier Larretxea, Azken bala/La última bala, Ed. Point de lunettes
Madre mía, qué texto tan duro para despertar el lunes...es potente...
ResponderEliminarbesos
Qué intenso!!
ResponderEliminarUn beso!
Precioso...
ResponderEliminarMe ha venido a la cabeza el tema de Marlango nada más leer el título...