En noviembre de 1918, tan sólo unos días antes del armisticio, el teniente d’Aulnay-Pradelle ordena una absurda ofensiva que culminará con los soldados Albert Maillard y Édouard Péricourt gravemente heridos, en un confuso y dramático incidente que ligará sus destinos inexorablemente.
Édouard, de familia adinerada y con un talento excepcional para el dibujo, ha sufrido una horrible mutilación y se niega a reencontrarse con su padre y su hermana.
Albert, de origen humilde y carácter pusilánime, concilia el sueño abrazado a una cabeza de caballo de cartón y está dispuesto a lo indecible con tal de compensar a Édouard, a quien debe la vida.
Y Pradelle, aristócrata venido a menos, cínico y mujeriego, está obsesionado con recuperar su estatus social.
De regreso en París, los tres excombatientes se rebelarán contra una realidad que los condena a la miseria y al olvido. Así, Édouard pergueña una ingeniosísima estafa con el fin de vengarse de su progenitor, que siempre lo repudió por su sensibilidad y sus habilidades artísticas. De paso quiere ayudar al fiel Albert, cuyo prurito es huir a las antípodas para olvidar a Cécile, su amor perdido.
De Pierre Lemaitre sólo había leído Álex y aunque este libro no es novela negra tenía muchos de los atractivos que busco en un libro así que no he dudado para leerlo.
Ambientada en la I Guerra Mundial, de la que siempre he tenido la impresión de ser una guerra de juguete, más política que bélica y que libros como éstos hacen que cambie mi visión de ella.
Después de superar las batallas, las luchas, el hambre, la miseria y la suciedad, a pocos días de decretarse el armisticio y poder volver a casa Pradelle se hace el héroe y condena a Albert y a Édouard a una vida de penurias y dolor.
Albert siente la necesidad de ayudar a un desfigurado y hundido Édouard, haciendo todo lo posible porque siga luchando por su vida mientras él mismo no sabe muy bien que hacer con la suya. Pradelle ha dinamitado su porvenir y tendrá ninguna otra salida que la de huir y vigilar sin cesar su espalda mientras intenta sobrevivir de manera digna. Édouard no quiere volver a casa, a pesar de ser de una familia adinerada, porque no quiere que su familia cargue con el monstruo en el que se ha convertido desde que un obús explotó demasiado cerca.
La relación de Albert y Édouard se va transformando con el paso del tiempo, la gratitud mutua que había al principio se transforma en necesidad, amistad, carga, aflicción, pena... a medida que van pasado los años y la situación se va tornando más complicada.
Pradelle, por otra parte, es el tío listo que monta su papel y se beneficia de todos los demás, el que sólo mira para si mismo sin importar por encima de quien debe pasar por encima y eso, acaba pasando factura.
Una historia de amistad, sacrificio, estafas, vidas truncadas, consecuencias de unas guerras de las que la mayoría no entiende ni porqué empezaron o porqué continuaron. Y sobretodo una historia de supervivencia, de pillos y de ver quien engaña mejor a quien.
Una delicia que debería leerse sin perder tiempo.