Push

Precious Jones tiene diecisiete años, es negra, casi analfabeta y está embarazada de su segundo hijo. El primero lo tuvo con sólo doce años y el padre de los dos es su propio padre. Vive en Harlem, concretamente en la ruinosa Lenox Avenue, el reino de las personas invisibles, de las que no tienen voz, con su madre, una mujer obesa y cruel que se pasa el día delante del televisor, mientras devora la comida que su hija le prepara y la somete a los abusos más denigrantes. 
Forzada a abandonar la escuela con su segundo embarazo, Precious va a parar a un instituto donde van los jóvenes con vidas desestructuradas. Pero allí, en el rincón en el que se encuentran los que ya no aspiran a muchas oportunidades del futuro, conoce a la profesora Rain, una maestra joven, combativa y radical que la ayudará y le dará el soporte necesario para que recupere su voz y la dignidad.

Después de ver la película leer el libro ya no resulta tan duro, aunque hay que decir que el lenguaje es mucho más crudo y directo. Las imágenes ahora se complementan con sus palabras, escritas en primera persona y por tanto tal y como las siente la protagonista.


Los hechos está ordenados de distinta manera que la película quizás porque no hay orden en el desorden, en los maltratos, en las vejaciones, son continúas y mezcladas, con gritos, insultos, violaciones a todas horas y en cualquier momento... y no por ello deja de ser increíble leerlo.

Pensar en que hay gente así, que hace todo lo que describe el libro, gente que padece todo lo que en él se cuenta. Padres que violan a sus propias hijas, desde muy pequeñas, para conseguir placer, que muchas de sus esposas lo saben y callan, achacándoles la culpa a las pobres niñas... los ojos ciegos de los asuntos sociales, de los vecinos... y el valor que tiene esa mano que ayuda sin pedir nada a cambio, la maestra que le enseña a leer, a contar sus cosas, a no tener miedo, a que vales por lo que eres no por lo que te hacen sentir...

Una historia dura pero conmovedora a la vez.

3 comentarios :

  1. Como seguramente sabrás, el viernes es San Jordi, para los que no somos catalanes es básicamente el día del libro. Voy a reinstaurar una tradición que tenía hace años y no se muy bien porqué abandoné: autorregalarme un libro. Fijo que cae "Desayuno en Tyffanys" la novela corta de Truman Capote en la que se basa la peli, (fue gracias a esa película de mi idolatrada Audrey Hepburn que le cogí gustillo al cine clásico) y tenía pensado "Tenemos que hablar de Kevin" de Lionel Shriver, pero a la vista de esta entrada me haces dudar.
    El primero es seguro porque es un capricho personal, pero dudo entre los otros dos, en caso de que hayas leído los dos ¿me sacas de dudas? si no supongo que cerraré los ojos y cogeré uno al azar. Y el que no salga me lo compro otro día igual jeje.
    Pero no se, me hace ilusión recuperar esta pequeña tradición ;)

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  2. Vi la peli y me quede sorprendida que algo asi tan cruel sea visto de forma natural por parte de los servicios solciales, como otro caso mas, un numero mas en la estatisticas, y ese numero era el de una persona que en medio de sus palabras ahogadas, sus gritos que no salen ella logra dejarlo todo atras y seguir, aprendio a verse y quererse y verse rodeada de gente que la quiere por como es
    Un beso
    Neblina

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  3. Lo pongo en la lista pendiente...
    Por cierto, me permito meterme en la conversación que te da María y decir que "Tenemos que hablar de Kevin" se resume en una palabra: IMPRESCINDIBLE.

    Besotes¡¡¡

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