El sueño siempre es el mismo. Se le presenta al durmiente sin aviso, con sus tres escenas fijas y el final de la última malamente interrumpida, justo cuando la nena está apunto de desabrocharse ante su enorme tío el botón de arriba de su blusa.
No hay ni ha habido jamás en parte alguna un pueblo sin relatos, sin historias que puedan contarse y escribirse. La colección Calembé intenta ser escaparate de un género en continuo crecimiento, recuperando los lazos que unen nuestra tierra con latinoamérica y alterando la publicación de cuentos y escritores de ambas orillas. En definitiva, literatura viva y una magnífica invitación a la más intensa de las lecturas.
Escojo lo que leo porque alguien me lo ha recomendado, porque lo he visto anunciado, porque me gusta de que trata, porque el escritor/a me encanta o simplemente porque me gusta el libro en sí. Esta vez fue la portada lo que llamó mi atención, una preciosa veleta en forma de bergantín sobre un tejado y un cielo azul intenso, me llamaba desde la estantería, poco importa que no conozca al autor, que no sepa que es uno de los mejores escritores en lengua española de la mitad del siglo XX, me dejo convencer por la prtada y lo llevo a casa ocmo un tesoro, lo abro con mimo y cuidado, leo la introducción, el porqué de esta edición, el mérito de una colección que cumple diez años.
Y me sumerjo en los sueños, distintos y parecidos a los que todos podemos haber tenido alguna vez, disfruto, nado entre ellos, quedándome con ganas de más.. de más libro, de más sueños, de más palabras, simplemente de más...