Dos mujeres


Laura, la narradora, acaba de perder a su madre y, mientras se dirige en coche a Niza para el funeral, su mente vuelve sobre los últimos acontecimientos de su vida : el primer encuentro, tras su divorcio, con Silvia ; la intensidad de esta relación ; la intrusión de Alfred, ex marido de Laura ; la violenta reacción de la madre al percatarse de que su hija mantiene una relación lesbiana ; y la reacción, más desconcertante aún, de sus amigos. 

Recibe la noticia de la muerte de su madre con resignación porque una tragedia aún mayor y más cercana, si cabe, ocupa sus sentimientos. 

Mientras rasga el paisaje con su coche, la memoria va corriendo otros tiempos y otros lugares y a narración va conduciéndonos hacia un desenlace del todo inesperado.


Una mujer divorciada invita a otra mujer a tomar una copa en su casa después de admirar su espalda. 

Con esta idea empieza esta novela de 1975, ¿se puede conocer a una persona (hombre o mujer) habiéndose quedado prendada de su espalda?¿por qué nos sentimos más a gusto con unas personas que con otras aunque las hayamos conocido instantes antes?¿cuánto tiempo se necesita para conocer tanto a una persona como para estar segura de cuales van a ser sus reacciones?...

Laura ha estado casada, se ha divorciado y se enamora de una mujer. Una mujer a la que invita a vivir con ella tras tomar un café, una relación que las sorprende a las dos... pero ¿es real?¿o son sólo dos necesidades que se han unido?¿superarán algunas de las pruebas que les esperan?

Me ha gustado aunque el autor podría haberle sacado mucho más jugo y profundidad a este libro lleno de relaciones y sentimientos encontrados por unos personajes que buscan su ubicación en el mundo

4 comentarios :

  1. Yo me lo hubiese llevado a casa sólo con ver la portada... :)

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  2. Hola. Pues haces muchas preguntas, así que vayamos por partes.
    Mirar la espalda de alguien puede resultar el principio de un hechizo, pues, cuando nos enamoramos de alguien realizamos esa proyección de los propios ideales en el objeto amado. A partir de la curva de una espalda, que devoramos con la mirada como si fuera un pastel de chocolate o el torso de la venus de Milo, puede iniciarse en nosotr@s esa espiral de fantasía donde lo material se convierte en sueño; y de ahí al conocimiento de la persona real puede haber un abismo, pero, en esos momentos, es lo que menos importa, si atendemos a las reacciones de alguien puramente visceral o puramente emocional.
    Cuando hablas de conocimiento, creo que te refieres a esa visión más o menos objetiva sobre unas un otras realidades. Y yo creo que, en cuestión de Amor, no sólo todo es pura subjetividad, sino que, efectivamente, se produce un encuentro de necesidades, de idealismos, de deseos y sueños sobre lo que "necesitamos" en la vida. Realmente, no "necesitamos", pero sí soñamos con ese alguien que dibujamos con la belleza de lejanas perfecciones inexistentes o entrañables y cercanas realidades, alguien que un día aparece y nos obnubila de tal forma que, al cabo de los años, surge el antes y después de semejante encuentro.
    Sobre la certeza de nuestras reacciones, o las del otro, siempre recuerdo aquello que decía Patricia Highsmith: la persona más normal del mundo puede esconder al asesino más frío y calculador. Así es que seguros, seguros, me da a mí que no...más bien no...pero siempre tendremos ese algo mágico que se llama intuición.
    Saluditos y expresiones

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  3. la lei hace mucho tiempo, me gusto pero esperaba mas de esa novela.

    saludos

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  4. A veces crees conocer a la gente que te rodea y, de repente, ni tú entiendes sus reacciones ni ellos entienden las tuyas.Creo que nunca llegamos a conocer a nuestra pareja o nuestros amigos o nuestra familia del todo... y eso, normalmente, es bueno.
    Besos,

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