Nacidas para sufrir

La tía Flora, de 72 años, es una solterona de un pequeño pueblo que siempre ha estado al cuidado de sus familiares. Su única hermana murió muy joven y le dejó tres sobrinas huerfanitas de las que también tuvo que ocuparse. Las tres sobrinas crecieron y se fueron del pueblo, y ahora Flora está asustada porque, al llegar a la vejez, ve que llega el momento en tendrán cuidar de ella... y teme que la lleven a la residencia donde trabaja una de ellas. Su única salvación es Purita, una joven que ha estado ayudándole en los últimos años a cuidar de sus ancianos parientes, y que es la única con la que siente en familia. 

Comedia llena de drama podría ser una buena definición para esta película española. El miedo a la soledad y al arrinconamiento de los mayores. Una anciana que no tiene nada de tonta, un poco cruel incluso, algo egocéntrica aunque lo revista de preocupación, magníficamente interpretada por Petra Martínez, nos va dando las razones por las que Purita, abnegada e ingenua compañera de casa de Flora, debe quedarse siempre con ella, no dejarla sola y todo por una herencia (siempre pensando en Purita, la pobre que no va a tener nada si se queda sola...).

Algunos momentos de sonrisas, malentendidos, cotilleos pueblerinos, acompañan el devenir de la cinta.

Una buena excusa par disfrutar de buen cine español.