Violación. Una historia de amor

Teena Maguire nunca debió tomar aquel atajo del parque para volver a casa un cuatro de julio. No después de la medianoche. No con el atuendo que llevaba: camiseta de tirantes, pantalones cortos y sandalias de tacón alto. No con Bethie, su hija de doce años. No con manadas de jovencitos desbocados por las hormonas, la rabia, el alcohol y la estupidez. Víctima de una violación colectiva, dejada por muerta en un inmundo cobertizo, esa mujer antes tan vital y animosa ahora solo puede lamentar haber sobrevivido.

Mediante una prosa envolvente, a un ritmo implacable e hipnótico marcado por penosos gritos al amanecer y murmullos de pavor cuando cae la tarde, Joyce Carol Oates despliega con sobria maestría la historia de las víctimas, los victimarios y el inesperado paladín de una justicia taciturna pero inexorable, un hombre que conoce el significado de la decencia y la amistad (o tal vez, del amor).

Hay libros que se escogen por una portada, por el autor, por el tema tratado y en este caso por un título. Me resultó sorprendente que en una misma frase tuvieran cabida violación e historia de amor, así que para saciar mi curiosidad no dude en llevármelo a casa en mi última excursión a la biblioteca.

Nos encontramos con una novela breve, contada en segunda persona por la hija de la protagonista de la historia; una mujer de mediana edad que la noche del cuatro de julio es víctima de una violación en grupo en un cobertizo del parque de su localidad. 

A través de sus capítulos descubrimos lo que ocurrió aquella noche y lo que ha ocurrido en los meses posteriores al suceso. Sabemos las consecuencias físicas y sicológicas sufridas por Teena, y en menor medida por su hija, la cual presenció todo lo sucedido.

Notamos la angustia frente a la celebración del juicio y como en él se intenta, por parte del abogado defensor, presentar a la víctima como una buscona y tildarla como mínimo de prostituta. El retraimiento y la depresión de la víctima no ayuda a que esa opinión cambie demasiado.

Por otro lado conocemos la historia del policía que descubrió a la víctima pocos minutos después de lo sucedido y la conexión que sintió con el caso. Y es ahí donde la historia de amor fluye, aunque sea de una manera unidireccional y totalmente escondida.

Muy bien escrito, confeccionando un relato a veces frío y tierno en otras. Quizás demasiado virado hacia la ineficacia de la justicia y el obcecamiento en algunos pensamientos cuando vienen de parte de gente con más estudios o bien vistos por la sociedad.

No será la última novela que lea de esta autora. Recomendable.