Alex y Sergio son una feliz pareja que, tras años de relación, se han decidido a tener un hijo. Pero a Alex, que es fotógrafa, le ofrecen una residencia artística de un año en Los Ángeles.
Un año de relación a distancia, dos ordenadores y dos ciudades, Barcelona y Los Ángeles. ¿Puede el amor sobrevivir a 10.000 km. de distancia?
Película destinada a jóvenes o de mediana edad ¿por qué? Muchos de las personas de más edad que había en la sesión a la que asistí no entendieron la película, no entendieron como estaba hecha ni lo que podía llegar a significar.
No tiene una línea continúa de imagen, son como pequeños flashes de información, a veces seguidos en el tiempo y otros con días de diferencia. Como la vida que tienes cuando todo gira alrededor de una videollamada.
Hace un año mi hermana tuvo que vivir fuera un par de meses por cuestiones laborales, hablábamos todos los días y al principio todo eran novedades o curiosidades y poco a poco se fue instalando la monotonía, el no saber que decir, a planificar las salidas con el horario de llamadas simplemente para ver a quien está al otro lado.
Me sentí identificada en ese aspecto con la película, al principio largas conversaciones, descubrimientos para el que está fuera y envidia por el que se quedó, pero luego empieza a conocer gente, a pesar los horarios contrarios más que la alegría de verse y hablar, los trabajos, el agobio de querer y no tener, el pensar que cambia una charla enlatada por una excursión al desierto a ver cactus, los celos, las envidias, la desazón de comprobar que lo que era primero ahora ya es secundario...
No en todos los casos debe ser así, es difícil pero no imposible, se trata de comunicarse, de contar, de no cerrarse, de expresar como te sientes, como si estuvieras a 10 cm en vez de 10.000 km.
El autoengaño en una relación así no funciona, acaba cayendo al máscara y entonces es cuando duele y se producen situaciones tensas y difíciles de digerir.
Una buena película, poco gasto en ambientación y actores pero un gran despliegue de sensaciones.