En Central City, una localidad petrolera al oeste de Texas, la vida era muy tranquila hasta que el sheriff adjunto, Lou Ford, a quien todos tenían por un hombre sin grandes luces, tranquilo y afable, empieza a experimentar recidivas de «la enfermedad» que le hizo cometer un crimen en su juventud.
Desde aquel ent
Al igual que en las otras novelas, el personaje principal es mediocre, sin demasiado futuro sino hay nada que de un giro radical en su vida. Vidas anodinas que apenas se recordarán cuando la tierra haya tocado la madera del féretro.
Y ellos lo saben, y se rebelan, a su manera, de la única manera que saben, matando, quitando de en medio aquellos que les hacen sombra o simplemente molestan... Y si lo hicieran bien aún podríamos estar delante de unos vencedores pero no es así, son descuidados, torpes y escogen al peor de los objetivos y así es difícil cambiar su suerte.
Sus novelas además de describirnos todo tipo de maleantes y escoria, con todas sus bajezas, es un buen modo de conocer la vida en la America del medio oeste en la época de sheriffs y llegadas del ferrocarril, donde las distancias son casi imposibles de superar y constituyen un obstáculo en si mismo para cualquier huida.
Plantea la vida de los perdedores, les da una oportunidad y siempre la acaban fastidiando como dando a entender que las cosas son invariables y que si eres un perdedor o un cafre siempre lo serás, sin posibilidad de enmienda.
Desde aquel ent
Al igual que en las otras novelas, el personaje principal es mediocre, sin demasiado futuro sino hay nada que de un giro radical en su vida. Vidas anodinas que apenas se recordarán cuando la tierra haya tocado la madera del féretro.
Y ellos lo saben, y se rebelan, a su manera, de la única manera que saben, matando, quitando de en medio aquellos que les hacen sombra o simplemente molestan... Y si lo hicieran bien aún podríamos estar delante de unos vencedores pero no es así, son descuidados, torpes y escogen al peor de los objetivos y así es difícil cambiar su suerte.
Sus novelas además de describirnos todo tipo de maleantes y escoria, con todas sus bajezas, es un buen modo de conocer la vida en la America del medio oeste en la época de sheriffs y llegadas del ferrocarril, donde las distancias son casi imposibles de superar y constituyen un obstáculo en si mismo para cualquier huida.
Plantea la vida de los perdedores, les da una oportunidad y siempre la acaban fastidiando como dando a entender que las cosas son invariables y que si eres un perdedor o un cafre siempre lo serás, sin posibilidad de enmienda.
No lo descarto, que tien buena pinta.
ResponderEliminarBesotes!!!