David Kepesh, un carismático profesor, está orgulloso de seducir a alumnas deseosas de probar experiencias nuevas; sin embargo, nunca deja que ninguna mujer se le acerque demasiado. Pero cuando la hermosa Consuela Castillo entra en su clase, su barniz de protección se disuelve. Esta belleza de cabellos negros como el azabache le cautiva a la vez que desconcierta. A pesar de que Kepesh afirma que su cuerpo es una obra de arte perfecta, Consuela es más que un objeto de deseo. Es una persona con un gran sentido de su identidad y una intensidad emocional que hace que se tambaleen las ideas preconcebidas del profesor. Consuela se convierte en una obsesión para Kepesh, pero al final sus celos y sus fantasías de traición acabarán por apartarla de él. Destrozado, Kepesh afronta los estragos del tiempo, sumergiéndose de lleno en el trabajo y sufriendo la pérdida de viejos amigos. Entonces, dos años después, Consuela vuelve a aparecer en su vida con una petición apremiante y desesperada que lo cambiará todo.
No sé que manía les ha dado ahora a los productores de que los actores no se doblen a ellos mismos en su lengua madre y así nos encontramos con una Penélope Cruz que no suena a Penélope. Cuestiones lingüísticas aparte, tenemos la nueva obra de Isabel Coixet, la primera en la que el guión no es original de la directora sino que ha adaptado una obra de Philiph Roth; pero su mano se nota en la posición de las cámaras, en la profundidad de plano, en la elección de los escenarios, en aquello que los actores no dicen con palabras pero sí con su cuerpo, con su actitud... Un Ben Kigsley magnífico, esplendoroso y una Penélope (no es santo de mi devoción) que hace lo que puede aunque continúa sintiéndose mucho más cómoda enseñando sus atributos que en una escena de gran emoción.
Se habla de la madurez, de la diferencia de edad entre amantes, de los sueños cumplidos y por cumplir, de los silencios, de los miedos, de la falta de compromiso, de la admiración transformada en algo más, de amistad y sobretodo de sentimientos.
Muy buena película, como todo lo de Coixet
Pé no es santo de mi devoción tampoco, pero si lo es la Coixet y esta lógicamente quiero verla...
ResponderEliminarBSS
Bohemia
el unico santo que yo veo aqui es el ben kigsley, y es que desde que lo vi en "casa de arena y niebla" que se quite cualquier actor adolescente o de nuestra edad. Quiero ir a verla, a ésta no me la pierdo.
ResponderEliminarsaludos
Yo también me la apunto. Aunque Pé... pse, como que no, Coixet me encanta!! Besote!!
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