Espectres


Los temas y conflictos de los seres humanos que Ibsen desplega en escena nos golpean profundamente. Nos encontramos delante de un autor comprometido de manera responsable e inquietante, un autor vivo y sorprendentemente actual.Y es que detrás de lo que de una manera obvia podemos captar - la arquitectura dramática, los detalles inesperados, las grandes palabras y los grandes conceptos - presentamos una fuerza fascinadora: el temor de vivir, de la nada de la muerte, el deseo apasionado e insaciable de alguna cosa vaga, alguna cosa que pueda dar a la existencia, a nuestra vida personal, un sentido, una coherencia, un motivo para disfrutar del hecho de estar vivos.

Es desde este lugar que hemos querido explicar Espectres, una de las obras de Ibsen más polémicas. Un intento de aproximación desde nuestras vidas de hombres y mujeres del siglo XXI, con un total convencimiento que la lucha entre el individuo - el ser que buscasu propia verdad personal- y el ciudadano - el ser domesticado que se identifica con la necesidad de las mayorías - es la dialética imprescindible para movilizar y transformar nuestras sociedades.

No era el mejor día para salir, lloviendo a cántaros lo único que apetecía era estar en casa bajo la manta leyendo con algo calentito entre las manos, pero un regalo es un regalo y más cuando Emma Vilarasau vuelve a escena. No me arrepiento de la ropa mojada, de la incomodidad de estar sin estirar los pies para no chafar el paraguas porque valió la pena. Se dejan la piel en el escenario, desgarran las palabras hasta la última gota de su esencia dejando mucho más que susurros. Magistral Emma, que os voy a contar que no haya hecho ya, peor también magnífico Ramon Pujol, desconocido hasta ahora y que seguro dará mucho de que hablar en el futuro.

Una obra de secretos, mentiras medio verdades, de vidas frustradas por las apariencias, por el "qué dirán", "si se supiese", vidas marcadas por no hablar, no saber decir las cosas, no ver más allá o pensar demasiado allá sin tener en cuenta que aquello que pensamos quizás nollegue a suceder nunca y las palabras que escondemos saldrán cuando casi hayan perdido todo su mensaje. De dolor, de sueños rotos, delirios físicos e intelectuales que merman, que hacen débil al más fuerte, de la "alegría de vivir" puesta en gente que no es auténtica y que se mueve por conveniencia. Todo esto y más en escasos 90 min sin interrupción. Resultado: actores exhaustos, casi diez minutos de aplausos y la sensación de haber estado mejor que en casa.

1 comentarios :

  1. Joooo, si tenía ganas de verla (como todo lo que hace Emma Vilarasau) ahora ya es que me muero de ganas!!! A ver si llego a tiempo.

    Besos!!!!

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