Matilde tiene una llave; pero Matilde es una persona sin suerte, y no cree que la llave le sirva para abrir la maleta adecuada. Catalina guarda un seceto; un secreto que no es capaz de revelar a su amiga Matilde antes de que ésta se marche del pueblo donde viven. Ismael ama a Matilde; Matilde desea a Juan, que es el novio de Catalina. Estos cuatro personajes, como cuatro amapolas rojas en mitad del trigo, se persiguen, se encuentran y desencuentran en la larga carrera de obstáculos que es la vida. Tal vez, como dice Matide, todo se solucionaría si se acostaran juntos los cuatro.
Con un lenguaje que transita de lo poético a lo más crudo, y un sutil manejo de la elipsis narrativa, Ángela Labordeta nos deleita con esta historia de amistad, amores que caminan descalzos, sueños de mescalina y búsquedas familiares.
Un libro sorprendente, facil de leer rozando lo poético. Una auténtica sorpresa de esas que a veces tenemos la suerte de descubrir. Os dejo unos fragmentos que serán má visuales que mis palabras.
Las cosas que duelen no suelen recordarse, sólo cuando el tiempo con su mágica habilidad se ha encargado de modificar su tono. Matilde sabía que eso era cierto y por eso duramte años quemó los recuerdos y olvidó las palabras que escupió sobre Elvira tras la muerte de su padres (pág. 25)
-Hija no sé que decirte.
Lo cierto es que Matilde no deseaba que Encarna dijera nada, no necesitaba sus argumentos y mucho menos que le hablara de la complejidad del amor. Ella había decidido agarrarse a ese hombre, a esos días en el hotel que habían actuado en su sangre como si de un narcótico se tratara. Sus besos la habían aletargado y en alguna medida se encontraba paralizada, no tanto porque lo amara, mucho más porque quería amarlo. (pág. 55)
Las dos sabían que el tiempo de la pena llega y pasa, y ambas conocían perfectamente que la misma presencia, la que provoca el dolor, se convierte un dí en un ser invisible. (pág. 76)
si tres son multitud, cuatro ya...
ResponderEliminarme has recordado la peli "closer".