Habitaciones cerradas

La joven Violeta quiere convertir el palacete en el Paseo de Gracia de Barcelona, herencia de su familia, en un museo dedicado a su abuelo, un renombrado pintor modernista. Durante las obras de reforma del edificio aparece el cadáver de una mujer. ¿Qué identidad se esconde tras ese cuerpo?

La investigación de esta muerte permite a la escritora catalana Care Santos desgranar la historia familiar de los Lax, una poderosa casta burguesa, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. 

El lector conocerá las miserias familiares de esta insigne saga, desde los rumores que apuntan a que la abuela Lax se fugó a Venezuela con el dueño de los grandes almacenes El Siglo, hasta los que ensombrecen las figuras de su abuela María del Roser, la matriarca del clan, y su padre, Modesto. 

Apasionante y apegada a la ciudad de Barcelona, la novela entremezcla misterios familiares y el escenario más seductor: una ciudad cambiante y moderna que explosiona con la llegada de la II República.

A Care Santos la conocí en persona el día que presentó en la librería Bertrand el libro de Miguel Sanfeliu "Anónimos", no conocía nada de su obra y me llamó la atención. A pesar del tiempo transcurrido desde dicha presentación y aún habiendo publicado otros libros, ha sido este último el que me ha hecho decir a leer algo de ella y me arrepiento de no haberlo hecho nunca antes.

"Habitaciones cerradas" nos cuenta desde el presente una historia del pasado, la historia de una familia bien de la Barcelona de finales del siglo XIX. A través de Violeta, la bisnieta del antiguo propietario de la casa, conocemos un poco más a un peculiar matrimonio (casado por amor a pesar de no ser la tónica de la época),  ella dedicada a todo lo relacionado con lo espiritual y con una visión muy moderna de la vida. Tuvieron dos hijos y uno de ellos se convirtió en un gran pintor, motivo por el cual la casa donde vivieron está a punto de convertirse, después de muchos años de luchas y discusiones, en un gran museo dedicado a su trabajo.

Violeta, junto a su padre, heredero directo del pintor y más dedicado a su mundo interior que a su mundo real; asisten al acto de comienzo de las obras de rehabilitación con el traslado del gran fresco que pintó el genial pintor en un momento de arrebato dedicado a su mujer desaparecida... y allí empieza todo, detrás de una puerta escondida, de una pared rebozada de pintura y sentimiento...

No es una novela de misterio al uso, aunque hay intriga en ella, no es tampoco una novela costumbrista aunque nos van contando como era la vida en esa ciudad que aspiraba a ser mucho más... nos cuenta la vida de los criados, de los negocios, de unos Grandes Almacenes, El Siglo, precursores de los que conocemos hoy en día. Es casi la crónica de una sociedad que palpita y vive pero no sólo conocemos el pasado, gracias a las conversaciones de Violeta con su madre y su padre también conocemos como son sus vidas ahora, en el presente y como les afecta todo aquello que sucede a su alrededor.

Sin dudar es una novela que vale mucho la pena leer y que recomiendo mucho.