John Taylor (Clayne Crawford, 'Un paseo para recordar') es un ladronzuelo de poca monta que decide arriesgarse a atracar un banco de alta seguridad. Aunque consigue llevar a cabo su objetivo después de seguir un minucioso plan, el robo aparece en todos los informativos y se convierte en uno de los sucesos más comentados de la jornada. Herido y preocupado porque alguien pudiese reconocerle, John se ve obligado a esconderse durante unos días.
Huyendo de la policía llega hasta un lujoso barrio de Los Ángeles y consigue colarse en una ostentosa fiesta haciéndose pasar por el amigo de una de las amigas de Warnick Wilson (David Hyde Pierce, 'Fraiser'), el anfitrión, con la excusa de que necesita un favor. Sin embargo, no todo es lo que parece y, conforme pasan las horas y el efecto del alcohol se va notando cada vez más, ambos comienzan a mostrar su lado más oscuro, demostrando que las apariencias engañan.
Huyendo de la policía llega hasta un lujoso barrio de Los Ángeles y consigue colarse en una ostentosa fiesta haciéndose pasar por el amigo de una de las amigas de Warnick Wilson (David Hyde Pierce, 'Fraiser'), el anfitrión, con la excusa de que necesita un favor. Sin embargo, no todo es lo que parece y, conforme pasan las horas y el efecto del alcohol se va notando cada vez más, ambos comienzan a mostrar su lado más oscuro, demostrando que las apariencias engañan.
Es una película difícil de clasificar, si nos atenemos a su sinopsis se podría clasificar como thriller pero una vez estás metido de lleno en la cinta te das cuenta que también es una comedia ácida, una cinta de soledades, de incomprensibles y sobretodo de engaños, muchos engaños...
Pasas un buen rato, ríes, sufres (lo justo) y te quedas con la boca abierta cuando va llegando el final. Sin duda el gran descubrimiento de los sosos veranos cinematográficos.
Muy recomendable.
Te haré caso porque la verdad es que no me atraía nada...
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