Con
estilo descarnado y seco, Muriel Spark narra en El asiento del conductor las últimas
horas de Lise, una turista nórdica que se va de vacaciones a un país meridional
del que nunca regresará. Como en alguna ocasión declaró la escritora escocesa,
su intención al escribir fue la de «aterrorizar deleitando», máxima que se
cumple de modo magistral en esta turbadora novela.
De la novela David Lodge
afirma: «Algunas de sus mejores obras, más que novelas, son relatos que, por su
brevedad, cabe leer en una trepidante sentada. El asiento del conductor es un
caso ejemplar, un extraordinario tour de force, la historia de un crimen vista
al revés».
Por su parte The New Yorker señala: «Una obra maestra vidriosa y pérfida.
El asiento del conductor [es] de una crudeza rayana en lo espeluznante».
Lise decide cogerse unas vacaciones para viajar al sur de Italia, para ello se compra un vestido y un abrigo nuevos; en esta compra ya intuimos algo del carácter de la protagonista, es de ideas fijas y nada le quita su idea de la cabeza, para ella no hay recomendaciones ni consejos que valgan...
¿Por qué este repentino interés en viajar?¿Le espera alguien en destino? A través de su redacción descubrimos cual es el propósito del viaje y lo que deberá hacer Lise para conseguir su objetivo y que todo salga según ha planeado, hasta el último detalle.
Una novela corta escrita en plena madurez de la escritora y que deja un buen sabor de boca al terminar su lectura. Muy recomendable.
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